Según el presidente del BCE el repunte económico de la eurozona se está fortaleciendo pero todavía requiere el estímulo del banco central. El mercado laboral sigue inactivo, el crecimiento de la productividad es débil y los riesgos permanecen levemente inclinados a la baja por lo que se requiere la continua ayuda del BCE, declaró ayer Draghi ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo, a lo que añadió que el BCE no ajustará su política monetaria para contener una aceleración de la inflación porque la considera temporal, ya que se debe fundamentalmente al aumento de los precios de la energía. Con estas declaraciones, Draghi parece estar dispuesto a ignorar cualquier petición de que el BCE reduzca los estímulos económicos. Después de que la inflación avanzara el mes pasado hasta acercarse al objetivo del banco central, se incrementaron las sugerencias, especialmente desde Alemania, para que comience a retirar los estímulos de su programa de compras de activos. Frente a ellas, el presidente del BCE es claro: "Nuestra estrategia de política monetaria establece que no deberíamos reaccionar a datos aislados y avances de corto plazo en la inflación". Por otro lado, Draghi rechazó las acusaciones de EEUU de que el BCE esté realizando manipulación cambiaria y advirtió que desregular a la industria financiera, como pretende Trump, podría sembrar las semillas de la próxima crisis financiera mundial.