Los mercados mantienen la vigilancia sobre la curva de rendimiento entre los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 2 y 10 años. Ayer ésta se invirtió por primera vez desde septiembre de 2019, ya que los inversores apuestan a que un endurecimiento monetario agresivo por parte de la Reserva Federal podría dañar la economía estadounidense a largo plazo. La caída de los rendimientos a largo plazo por debajo de los más cortos indica preocupación por el crecimiento futuro. Los mercados de deuda han estado aumentando la tensión a medida que la Reserva Federal iba señalando su voluntad de actuar de forma agresiva y rápida en el ajuste para frenar la inflación, justo cuando la crisis de Ucrania y la subida de los precios del petróleo han aumentado los riesgos para las perspectivas de crecimiento.
Ayer el presidente de la Fed de Filadelfia declaraba que el banco central probablemente aprobará "una serie de aumentos deliberados y metódicos" de los tipos de interés este año, en un esfuerzo por reducir la inflación en los próximos dos años desde el actual nivel del 6% al objetivo del 2%. No dijo explícitamente cuanto debería subir el tipo de referencia de la Fed a finales de este año, pero sí apuntó que algunos de los problemas que impulsan la alta inflación pueden haber comenzado a aliviarse por sí mismos, lo que sería un buen argumento en contra de un rápido aumento de tipos por parte de la Reserva Federal.