Hoy toda la atención estará puesta en la publicación del dato de inflación en EE.UU. Ayer, los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo caían anticipando que la inflación se encuentra en una senda descendente sostenible y que la FED recortará los tipos de interés a finales de año.
El mercado prevé que el IPC se desacelere a 6,5% en diciembre, desde el 7,1% de noviembre, un descenso que está impulsando un repunte del apetito por el riesgo en los mercados de renta variable y de renta fija. Esta perspectiva de futura senda de actuación de la FED en cuanto a los tipos de interés, contrasta con la que tienen algunos miembros del BCE para la zona euro. Ayer, el gobernador del Banco Central de Finlandia declaraba que el BCE aún debe subir los tipos de interés "significativamente" en sus próximas reuniones para frenar la inflación. La mayoría de los bancos centrales, con la notable excepción del Banco de Japón, han subido los tipos de interés rápidamente para luchar contra un repunte histórico de la inflación, aunque el BCE ha sido criticado por actuar demasiado tarde. Si bien la mayoría de los responsables de la institución monetaria rechazan la crítica alegando que llevó tiempo desmantelar una década de estímulos, el responsable finlandés dijo que algunas de las críticas pueden ser justas.
Mientras tanto, el Banco Mundial recortó ayer sus previsiones de crecimiento para 2023 hasta situarlas al borde de la recesión en muchos países, a medida que se intensifica el impacto de las subidas de los tipos de interés, prosigue la guerra de Rusia en Ucrania y los principales motores económicos del mundo se tambalean.