Aunque el mensaje oficial del BCE con respecto a la inflación y la política monetaria fue el que repitió su presidenta el lunes ante el Parlamento Europeo, algunos miembros se muestran más cautos. Ayer el vicepresidente dijo que el BCE debe de estar “atento y vigilante” con respecto a la inflación, ya que un repunte persistente de precios podría filtrarse en el crecimiento de los precios subyacentes a través de los salarios, y los llamados efectos de segunda ronda, y dijo que “es muy importante evitar esta espiral de precios salariales".
En una línea similar se manifestó también ayer uno de los miembros del Consejo de Gobierno señalando que el BCE debe de estar “preparado” para frenar la inflación en la zona euro si resulta ser más duradera de lo previsto. En octubre la inflación se situó en el 4,1% y dijo que, aunque espera que los precios se moderen el próximo año, advirtió que las perspectivas se han vuelto más inciertas. Añadió que los responsables de la política monetaria deben de mantener sus opciones abiertas cuando en la reunión del 16 de diciembre tracen la senda futura de la política monetaria. Concluye que hay que evitar errar con un endurecimiento prematuro de la política monetaria, pero que también hay que estar vigilantes sobre los riesgos al alza de la inflación y conservar opciones para poder actuar si es necesario.