El índice de precios al consumidor en Estados Unidos subió un 0,1% mensual en agosto, y la tasa interanual se situó en el 8,3%. Las estimaciones eran de que se redujese desde el 8,5% de julio al 8,1% en agosto y, aunque se ha reducido, la moderación ha sido menor de lo previsto.
Estos datos consolidan los argumentos para que la FED mantenga una política monetaria restrictiva para hacer frente a la inflación y refuerzan las expectativas de que la Reserva Federal la próxima semana realice una nueva subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos, que sería la tercera consecutiva, y que llevaría el rango del tipo de interés objetivo al 3,00% - 3,25%.
La preocupación de las autoridades monetarias norteamericanas es que a medida que aumentan los precios, se pueda producir una traslación de estas subidas a los salarios.
El crecimiento de los salarios, aunque todavía se mantienen por debajo de la inflación general, se está acelerando. La Fed ha estado particularmente atenta a la inflación del sector servicios, ya que tiene un componente salarial muy alto. Los trabajadores exigen salarios más altos, y a su vez, los empleadores aumentan los precios para cubrir el aumento de los costes salariales, desencadenando una espiral inflacionista.
Los mercados estiman que la Fed además de una subida de tipos de 75 pb el 20 y 21 de septiembre, en la que además actualizará las previsiones económicas, suba los tipos de interés 50 pb en la reunión del 1 y 2 de noviembre y otros 50 pb en la reunión del 13 y 14 de diciembre, lo que llevaría los tipos a un rango del 4,00% – 4,25% a final de año.