La curva de rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos continúa aplanándose. Ayer lo hacía a un mínimo en 10 años tras datos que mostraron una leve aceleración de la inflación, en un mercado que descuenta que habrá nuevas subidas de tipos por parte de la Fed en 2018. Los datos mostraron que los precios al consumidor apenas subieron en octubre, un 0,1%, pero los aumentos en alquileres y servicios médicos aceleraron la inflación subyacente. Otro dato mostró que las ventas minoristas subieron inesperadamente en octubre, mientras que el dato para septiembre fue revisado para mostrar un incremento del 1,9% en vez del 1,6% publicado inicialmente. El aplanamiento de la curva de rendimiento refleja las expectativas de que la Fed siga ajustando los tipos, impulsando al alza la rentabilidad de los bonos a corto plazo. Al mismo tiempo refleja que, si bien la inflación seguirá tendiendo a subir, se mantendrá contenida, limitando con ello el rendimiento de los bonos a más largo plazo. Así, el diferencial entre los bonos a 2 y 10 años se redujo a 63 puntos básicos, el más ajustado desde noviembre de 2007, y el de los bonos a 5 y 30 años también se estrechó a 75 puntos básicos, su menor nivel en casi dos semanas. Y algo que sorprende: los bonos basura de la UE están a punto de romper la barrera de la rentabilidad del 2% por primera vez en su historia. El bono americano a 10 años cotiza actualmente con una rentabilidad del 2,34%.