Datos económicos positivos y la confirmación del presidente Trump de que el acuerdo comercial con China sigue “completamente intacto” alentaron el optimismo que ayer se vivió en los mercados. Los índices provisionales de las encuestas de actividad en junio, tanto en la zona euro como en EE.UU., mostraron ayer que aunque la producción y la demanda siguen cayendo ya no se derrumban gracias a la reapertura de la actividad en la mayoría de los sectores económicos. La economía mundial parece estar lista para la recuperación.
Mientras se produce esta reactivación económica, algunos bancos centrales han lanzado mensajes indicando que las medidas de estímulo en formato “barra libre” no durarán para siempre, entre ellos, el Banco de Inglaterra, cuyo gobernador declaraba que las compras de bonos no deben darse por sentado. También el gobernador del Banco Popular de China hablaba la pasada semana de restringir los estímulos y "retirar oportunamente los instrumentos de política monetaria por adelantado".
Los bancos centrales de Noruega y Canadá, han lanzado mensajes que mostraban una relativa tendencia al endurecimiento de la financiación. El Banco de Noruega incluso esbozó el camino de aumento de los tipos a partir de 2022. Todos temen la posibilidad de que se produzca una "resaca" de deuda. Sin embargo, los mercados se muestran ajenos a estos mensajes. Saben que la política monetaria se encuentra en un estado de emergencia que no es indefinido, pero también saben que los bancos centrales intentarán retirar algunos estímulos sólo si la recuperación se consolida.