El Bundesbank ha dibujado un panorama más positivo para la economía de Alemania. En su último informe económico señala que la economía alemana está demostrando ser más resistente de lo esperado, ya que la tensión en los mercados de la energía está disminuyendo y los cuellos de botella en la cadena de suministro se están disipando lentamente.
Se esperaba que Alemania, que depende en gran medida del gas ruso, sufriera una recesión este año, una perspectiva que pesaba sobre el conjunto de la zona euro. Pero los precios del gas natural han caído más de la mitad desde principios de diciembre y Europa ha conseguido encontrar más gas en el mercado del esperado. Los datos del PIB del cuarto trimestre de la zona euro se publicarán el 31 de enero y, aunque las previsiones oficiales apuntan a una pequeña contracción, responsables de su política monetaria han sostenido recientemente que la cifra podría ser incluso positiva, lo que sugiere que, aunque el crecimiento sea débil, podría evitarse una recesión.
Mientras tanto, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense subían ayer, recortando aún más un reciente repunte de la renta fija que algunos inversores consideran exagerado al reflejar el temor a que la economía estadounidense entre pronto en recesión. La rentabilidad de la deuda estadounidense caía la semana pasada a mínimos de cuatro meses por las expectativas de que la FED, cuya próxima reunión será la semana que viene, se vea obligada a orientarse hacia una política menos restrictiva si la economía estadounidense se contrae este año.