El Gobierno de Brasil redujo el miércoles de la estimación de crecimiento económico para 2017 al 0,5% frente al 1,0% anterior. Para 2018 pronostica un crecimiento del 2,5%. En 2016 la economía se contrajo un 3,6% y en 2015 la contracción fue del 3,8%. El Gobierno señala que para cumplir con el objetivo de crecimiento en 2017 y 2018 va a ser necesario un recorte en los gastos y aumentos en los impuestos. Los anuncios no se hicieron esperar y ayer el Gobierno anunció un fuerte recorte del gasto por 58.200 millones de reales (18.840 millones de dólares) para 2017, para poder cumplir con el objetivo de déficit fiscal. En los últimos días, el ministro de Hacienda ha declarado que el Gobierno no quiere subir los impuestos pero que lo hará si es necesario. Entre las posibles subidas de impuestos se baraja un aumento en los tributos de las gasolinas y en los Impuestos sobre Operaciones Financieras, y que según uno de los líderes del Senado, no exigiría de aprobación parlamentaria. En cuanto a la inflación el Gobierno redujo los pronósticos de 2017 al 4,3% desde el 4,7% anterior, situándolo por debajo del objetivo del Banco Central del Brasil que está en el 4,5%. Los últimos datos de inflación muestran que hasta mediados de marzo se sigue desacelerando y encaminada hacia el objetivo del 4,5%, lo que podría favorecer nuevos recortes de tipos de interés, actualmente en el 12,25% por parte del Banco Central.
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