La tercera ola de la pandemia que afecta a Europa, con variantes altamente contagiosas del coronavirus, está aumentando la preocupación por otra ronda de restricciones económicas y una posible extensión de los confinamientos en muchos países europeos. No sería ninguna sorpresa.
Ante esta situación, Alemania tiene previsto continuar con su gasto masivo por la pandemia, con un presupuesto complementario financiado con deuda de unos 60.000 millones de euros para este año y un borrador de presupuesto para 2022 con una nueva deuda neta de 81,5 millones de euros. Esto significa que la nueva deuda neta alemana relacionada con la pandemia podría superar los 450.000 millones de euros desde 2020 a 2022.
Además de la pandemia, en estos días otro foco de preocupación en los mercados son las deterioradas relaciones diplomáticas entre Rusia y EE.UU. a los peores niveles desde la Guerra Fría. Ayer el viceministro de finanzas ruso declaraba que Rusia está preparada para acudir al mercado de eurobonos en cualquier momento, pese a la amenaza de nuevas sanciones por parte de EE.UU. La última vez que Rusia acudió al mercado mundial con eurobonos emitidos en euros fue en noviembre, ante las sanciones de EE.UU. que prohibían a los bancos estadounidenses la compra de eurobonos soberanos de forma directa desde Rusia.
Y a todo lo anterior hay que sumar la agitación que ha supuesto la inesperada decisión del presidente de Turquía de destituir al gobernador de su banco central, partidario de una política monetaria más restrictiva, desatando con ello el temor a que se revirtieran las recientes subidas de tipos.