Europa por ahora se mantiene al margen de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, aunque ya comienzan a surgir manifestaciones en las que muestra su preocupación. Ayer un miembro del consejo del BCE señalaba que una guerra comercial global podría tener amplios efectos negativos para todos. Además también tendría efectos directos sobre los mercados de divisas y los tipos de cambio, y un efecto negativo sobre la estabilidad financiera y posiblemente, aunque no está muy claro, también podría influir sobre la política monetaria. Desde la Comisión Europea, esta semana el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural calificaba de “incipiente guerra comercial” las relaciones actuales entre EEUU y China. Ayer la directora gerente del FMI al señalar que el proteccionismo y las políticas de pasos unilaterales no contribuyen a lograr la estabilidad económica y financiera en el planeta. Y mientras la crisis comercial se intensifica con la imposición de aranceles, los datos muestran que la inversión china en EEUU se redujo en 2017 pasando a 29.000 millones de dólares desde el nivel record de 46.000 millones de 2016. Los datos fueron publicados por el Comité Nacional sobre las relaciones entre Estados Unidos y China, y en su informe señala que esta reducción se debe a un “entorno político más problemático y a actitudes políticas cambiantes en ambos lados que están profundamente arraigadas, y que no son sólo estrategias tácticas”.