La Unión Europea está elaborando sus objetivos para la siguiente legislatura. Además de los relacionados con seguridad y defensa, la UE también quiere centrarse en la competitividad y la necesidad de no quedarse atrás con respecto a las dos principales economías del mundo, Estados Unidos y China. La economía estadounidense está creciendo a más del 2% anual mientras que la zona del euro está estancada. La productividad -o el resultado de cada hora trabajada y euro invertido- también ha crecido más lentamente durante los últimos 30 años en la zona europea que en Estados Unidos. En comparación con Estados Unidos, la UE es un bloque fragmentado que sufre una falta crónica de inversión, una población que envejece más rápidamente y, a pesar de su mercado único de 31 años, hay problemas con el libre flujo de mano de obra, capital y bienes. El pasado mes de septiembre, la presidenta de la Comisión Europa encargó al expresidente del BCE, Mario Draghi, elaborar un informe sobre la competitividad en la UE, informe que presentará en junio. Draghi que se reunió a finales de la semana pasada con los ministros de Finanzas de la UE, dijo recientemente que “tendremos que invertir una cantidad enorme en un plazo relativamente corto”. El objetivo del plan es cerrar la brecha tecnológica con Estados Unidos y hacer que Europa sea más autosuficiente tanto a nivel energético como tecnológico. Mientras tanto, la industria europea señala que el coste de la electricidad es tres veces mayor que el de Estados Unidos y señala que se mantendrá alto hasta que la UE pueda producir su propia energía en algún momento de la próxima década.