Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron más de lo previsto en enero, debido al aumento de los precios de la vivienda y la atención sanitaria. El IPC subió en enero un 0,3% mensual tras una subida de 0,2% en diciembre, y una décima más de las expectativas que eran de un 0,2%.
En los 12 meses hasta enero, el IPC aumentó un 3,1%, frente al 3,4% de diciembre, pero superó las estimaciones, que eran del 2,9% interanual. Excluyendo los componentes volátiles de alimentos y energía, el IPC subyacente subió un 0,4% el mes pasado tras el 0,3% de diciembre.
En términos interanuales, la inflación subyacente fue de un 3,9% en enero, igual dato que en diciembre. Las autoridades monetarias han manifestado en las últimas semanas que no tienen prisa por empezar a bajar los tipos de interés y que quieren pruebas convincentes de que la inflación sigue una trayectoria sostenida de desaceleración.
Aunque se han logrado avances significativos en la inflación, persisten algunos riesgos, entre ellos, la posibilidad de que vuelvan a producirse problemas en la cadena de suministro debido a las interrupciones del transporte marítimo en el mar Rojo y a la sequía en el Canal de Panamá.
La Fed mantiene el tipo de referencia de los fondos federales en el rango del 5,25%-5,50% desde julio de 2023. Los datos de inflación de ayer reducen las escasas posibilidades de un recorte de tipos por parte de la Fed en marzo y se moderan las expectativas para la reunión de mayo.
Después de los datos de IPC, la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años subió 15 pb hasta el 4,32% y el de 30 años 12pb hasta el 4,48%, y el dólar se apreció con fuerza.