Euro, bonos soberanos y acciones. Los tres sufrieron ayer un duro golpe después de unos resultados en las elecciones al Parlamento Europeo, en las que los mayores avances de los nacionalistas euroescépticos plantean dudas sobre la capacidad de las principales potencias para impulsar las políticas en el bloque, y tras la decisión del presidente francés de convocar elecciones parlamentarias anticipadas el 30 de junio.
En el caso concreto de Francia, que el mes pasado veía como Standard & Poor’s recortaba la calificación de su deuda soberana, la caída en el precio de los bonos llevaba el rendimiento a 10 años a su nivel más alto este año, al 3,25%. Con todo, en los mercados se introduce ahora un elemento inesperado de incertidumbre en una semana repleta de citas que incluye la publicación de datos de inflación de EE.UU. el mismo día que concluirá la reunión de dos días de la Reserva Federal, y la reunión del Banco de Japón que finaliza el viernes, contribuyendo todo ello al sentimiento de cautela.
Ahora la vista está puesta en la reunión que finaliza mañana de la Reserva Federal, después de que el informe de empleo mostrara el pasado viernes que la economía estadounidense creó más empleos de lo esperado en mayo y que el crecimiento anual de los salarios se acelerase, subrayando la resiliencia del mercado laboral. Las autoridades de la Fed también publicarán proyecciones económicas actualizadas. Se espera que muestren uno o dos recortes de tipos para fin de año, frente a un pronóstico de tres en marzo, una inflación esperada más alta y un crecimiento más lento.
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