Varios responsables de política monetaria del BCE defendieron ayer una nueva bajada de los tipos de interés la próxima semana, aunque algunos de sus colegas no se muestran tan convencidos dada la volatilidad que en los mercados está produciendo la tensión en Oriente Próximo. Los mercados financieros han descontado un recorte del tipo de depósito del 3,5% dada la debilidad de la economía y una desaceleración rápida del crecimiento de los precios.
Ayer, el gobernador del Banco de Francia volvía a reafirmarse en las declaraciones que hacía a comienzos de semana señalando que un recorte es muy probable y no será el último, el ritmo dependerá de cómo evolucione la lucha contra la inflación. Por su parte, el gobernador del Banco de Grecia, era más preciso: "Incluso si aplicamos un recorte de 25 pb ahora y otro en diciembre, volveremos a situarnos en el 3%, todavía en territorio altamente restrictivo”.
Sus colegas de Finlandia, Letonia y Portugal han defendido un recorte en octubre, mientras que la presidenta del BCE ha insinuado la posibilidad, lo que ha reforzado las apuestas del mercado. Sin embargo, el gobernador del Banco de Bélgica se muestra aún indeciso, argumentando que había fuerzas opuestas en juego, ya que el crecimiento es débil, pero la inflación interna sigue siendo demasiado elevada y las tensiones geopolíticas han hecho subir los costes de la energía. Tampoco el gobernador del Banco de Eslovaquia está convencido de la necesidad de recortar los tipos de interés la próxima semana argumentando que la información clave llegará en el periodo previo a la reunión de diciembre.