En las últimas semanas los mercados han reforzado el planteamiento de que los principales bancos centrales comenzarán a recortar los tipos de interés a lo largo de 2024 tras la mejora generalizada de los precios al consumo. Ayer se publicó que la inflación en el Reino Unido se desplomó en noviembre a su tasa más baja en más de dos años, lo que llevó a los inversores a seguir apostando a que el Banco de Inglaterra recortará los tipos de interés en el primer semestre del próximo año.
En tasa anual el aumento de los precios al consumo se situó en el 3,9% desde el 4,6% en octubre, favorecido en parte por el abaratamiento del petróleo, siendo su lectura más baja desde septiembre de 2021. El IPC se situó por debajo de todas las previsiones que habían apuntado a una cifra del 4,4%. Las medidas de inflación básica y de servicios, vigiladas de cerca por el BoE, también cayeron. Los mercados han pasado de valorar un recorte de tipos en mayo a adelantarlo al mes de marzo con una probabilidad de cercana al 50%. La libra se depreció un 0,4% y la rentabilidad de los bonos del Tesoro británico a 10 años ha pasado del 3,65% del martes al 3,55% de ayer, alejándose del 4,75% que se cotizaba a finales de octubre.
Por otra parte, el Gobernador del Banco Central de Suecia, que en la reunión de noviembre mantuvo los tipos invariados en el 4,0%, dijo ayer que es posible que la entidad no tenga que volver a subir los tipos de interés debido a que la caída de la inflación ha sido mayor de lo esperado en noviembre.