El pasado viernes la agencia Moody's rebajó la perspectiva de la calificación crediticia AAA de Estados Unidos de "estable" a "negativa", citando el gran déficit fiscal y la disminución de la asequibilidad de la deuda. La reacción del mercado de bonos ha sido bastante tímida, con ligeras subidas en las rentabilidades que, no obstante, han frenado la caída que venían registrando desde comienzos de este mes. Las calificaciones de las otras dos grandes agencias, S&P y Fitch, ya están un escalón por debajo, en AA+.
El anuncio de Moody's se produce después de que Fitch, rebajara la calificación del país este año tras meses de tensiones políticas en torno al techo de la deuda estadounidense. Esta semana, el presidente de la Cámara de Representantes se enfrentará a su primera gran batalla legislativa en su intento por conseguir que la mayoría republicana apoye un plan poco convencional para evitar un cierre parcial del Gobierno a partir del sábado. Algunos republicanos de la línea dura de la Cámara ya han rechazado la propuesta de Johnson de un proyecto de ley provisional en dos fases que no recortaría el gasto, mientras que algunos congresistas demócratas se han mostrado abiertos al plan, que tendría que ser aprobado por el Senado, de mayoría demócrata, y promulgado por el presidente Biden antes de la medianoche del viernes para evitar la suspensión del pago de hasta 4 millones de trabajadores federales, el cierre de parques nacionales e interrumpiría todo, desde la supervisión financiera a la investigación científica.