El organismo que agrupa a los bancos centrales mundiales, el Banco de Pagos Internacionales (BIS), suavizó su postura sobre la inflación calificando los recientes avances como alentadores, pero destacó que los bancos centrales aún no están fuera de peligro en la batalla contra la inflación. Los datos económicos mundiales han comenzado a mostrar una clara tendencia de que los máximos de varias décadas de inflación, causados por el repunte de la pandemia de COVID-19 y el aumento de los precios de la energía, comienzan a ser historia.
El ritmo de ese cambio ha dejado a algunas autoridades monetarias en situaciones más complicadas y para el Banco de Pagos Internacionales, que organiza reuniones a puerta cerrada de los principales banqueros centrales del mundo, hay que lograr el equilibrio entre las políticas monetarias y la inflación. El jefe de la unidad monetaria y económica del BIS dijo ayer que las “perspectivas de inflación han mejorado (…) y que hay trabajo por hacer”. También hizo referencia al riesgo crediticio, sobre todo el crédito al consumo, que se ha visto favorecido por los bajos tipos de interés y que, con las subidas de los tipos, los riesgos se pueden incrementar.
En línea con lo señalado por el BIS con respecto a la inflación, tanto el
vicepresidente del BCE como
el presidente del Banco Central alemán dijeron ayer que los datos de inflación son buenas noticias, pero es pronto para cantar victoria, vinculando las futuras decisiones sobre política monetaria en a la evolución de los indicadores económicos.