En una entrevista publicada en un diario alemán, el gobernador del Banco Central de Holanda prácticamente descartó un recorte de tipos de interés en la zona euro en la reunión del 18 de julio, pero señaló que la del 12 de septiembre será una reunión “abierta” y que por ahora las expectativas del mercado de una mayor flexibilización son apropiadas.
El BCE recortó los tipos de interés en junio, pero no ofreció pistas sobre sus futuras decisiones. En la entrevista dijo que “seguía cómodo” con el progreso de la reducción de la inflación, que prevé alcance el objetivo del 2% a finales de 2025. Añadió que el BCE no debería tolerar ningún retraso adicional, y que, si se cumple el pronóstico, habrá estado cuatro años y medio por encima de su objetivo. Un retraso significaría entonces recortes aún más lentos en el tipo de interés, que todavía es lo suficientemente alto como para restringir el crecimiento económico. Argumentó que los principales riesgos inflacionistas son la combinación de un rápido crecimiento salarial con una mejora mediocre de la productividad, y la incertidumbre sobre la capacidad de las empresas para absorber mayores costes laborales.
Por otro lado, el responsable de políticas del Banco de Inglaterra dijo ayer que no quiere recortar los tipos ya que las presiones inflacionarias persisten en el mercado laboral y no está claro con qué rapidez desaparecerán, y que preferiría mantenerlos hasta que haya más certeza de que la inflación subyacente ha disminuido de forma sostenible. Actualmente, los mercados valoran una probabilidad del 60% de que el BoE reduzca los tipos el 1 de agosto.
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