La reunión de los responsables de los principales bancos centrales celebrada en Sintra esta semana se podría resumir en la preocupación ante el riesgo que la inflación se mantenga alta y por coincidir en que es necesario un mayor endurecimiento de los tipos de interés para lograr su control. Ayer el presidente de la Fed, en unas declaraciones preparadas para una conferencia en el Banco de España sobre estabilidad financiera en Madrid, dijo que con la inflación estadounidense muy por encima del objetivo del 2% y un mercado laboral aún muy ajustado, la mayoría de los encargados de formular políticas monetarias en la Fed esperan que se necesiten subir los tipos de interés al menos dos veces más hasta fin de año. Este mensaje se vio respaldado ayer tras la publicación del dato final del PIB anualizado del primer trimestre en Estados Unidos con una significativa revisión al alza hasta el 2,0% desde el 1,4% de la estimación anterior y el 1,1% de la lectura preliminar. La mejora se produjo por una revisión al alza del consumo y las exportaciones, las cuales fueron parcialmente contrarrestadas por la revisión a la baja del gasto público federal, la inversión fija no residencial y las importaciones. Si comparamos el PIB con los dos trimestres anteriores, 3,2% anualizado en el tercer trimestre y 2,6% del cuatro, los datos muestran una desaceleración del ritmo de crecimiento a la vez que las tensiones sobre los precios se mantienen. El índice de precios de gasto del consumo personal PCE, el indicador escogido por la FED para monitorizar la inflación, se situó en el 4,1% en el trimestre y el índice subyacente en el 4,9%, en ambos casos una décima menos de la estimación inicial.