La reunión del BCE de mañana centra la atención en el mensaje que puedan enviar con respecto a lo señalado por su Presidenta en Davos apuntando que la primera bajada de tipos podría ser en verano. El BCE mantendrá los tipos para consolidar la mejora de la inflación hacia el objetivo del 2%. En diciembre el IPC anual de la zona del euro se situó en el 2,9% repuntando desde el 2,4% de noviembre. Un año antes, en diciembre de 2022, la inflación, que ya había empezado a bajar desde el máximo de 10,6% interanual en octubre de 2022, era de un 9,2%. A pesar de la mejora en la inflación, y de un entorno en la zona euro entre el estancamiento y la recesión económica, el tipo de interés de referencia en la zona euro seguirá en el 4,5%.
En el terreno político, la reunión coincide con una encuesta realizada a los más de 3.500 empleados del BCE y a la que respondieron 1.159 trabajadores. La encuesta se realiza en la mitad del mandato de ocho años de la presidenta Lagarde. El resultado muestra que un 50,6% califica la gestión del actual equipo como “pobre” o “muy pobre”, y el 73% de los empleados está insatisfecho con la gestión. Esto contrasta con la valoración de los dos anteriores presidentes, Draghi y Trichet, al final de sus mandatos, donde más del 70% respaldaban labor como banqueros centrales. La principal crítica es el marcado carácter político de la presidenta y su “insuficiente perfil técnico”. El BCE fue cuestionado por los mercados por endurecer la política demasiado tarde, llevando desde entonces los tipos a máximos históricos.