Faltan ocho días para que la Reserva Federal inicie su reunión de dos días y decida qué hacer de nuevo con los tipos de interés. Hasta entonces habrá citas clave que darán forma a su decisión, con datos de empleo e inflación, y sin olvidar las elecciones presidenciales.
Aun así, no está claro si todo ello podría desviar al banco central estadounidense de lo que se considera ampliamente como su próxima decisión más probable: un segundo recorte de los tipos de interés destinado a mantener un saludable mercado laboral y a la economía fuera de la recesión a medida que la inflación se enfría. El recorte en septiembre redujo el tipo de referencia en 50 pb al rango de 4,75%-5,00%. Desde entonces, los datos han sido, en general, más sólidos de lo esperado. Eso no quiere decir que no habrá debate o que no será una decisión reñida. Esta semana, se conocerá la última lectura del indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, que se espera que muestre que las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo persistentes. También está en la agenda el avance del crecimiento económico del tercer trimestre y al final de la semana el informe del empleo de octubre.
Mientras tanto, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años tocaba ayer máximos de tres meses. Las rentabilidades han subido este mes, a medida que los mercados valoran una economía estadounidense más fuerte y una Reserva Federal menos cauta. La creciente especulación sobre las posibilidades del expresidente republicano de ganar las elecciones del 5 de noviembre se ha sumado al movimiento.