El conflicto en Oriente Próximo ha introducido un elemento de incertidumbre en la reunión que hoy celebra en Atenas el BCE. El principal riesgo de cara a la política monetaria sería el efecto que pueda tener el nuevo repunte del precio del petróleo y del gas en la inflación y todo ello en un momento en el que la economía europea sigue mostrando importantes signos de ralentización.
Tras haber aprobado subidas de tipos de interés en las diez últimas reuniones, hoy se espera que los tipos de referencia se mantengan en los niveles actuales. Los datos macroeconómicos recientes y un contexto de mayores tensiones geopolíticas refuerzan los argumentos a favor de una pausa. Respecto a la retórica de su presidenta, tampoco se esperan cambios respecto al discurso de la reunión de septiembre apuntando a que los tipos se mantendrán altos durante un largo tiempo. Habrá que esperar a la próxima reunión de diciembre en la que se presentarán nuevas previsiones. Lo que sí es muy posible es que dentro del Consejo de Gobierno habrá debate sobre la reinversión del Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP). Algunos de sus miembros abogan por ir reduciendo reinversiones del programa antes de la fecha prevista de diciembre de 2024 y de esta manera acelerar la reducción de cartera de bonos y balance del BCE.