Ayer el Banco Central de Australia decidió mantener los tipos de interés estables en el 4,10% y dijo que necesita más tiempo para evaluar el impacto de las subidas anteriores, pero reiteró su advertencia de que podría ser necesario un ajuste mayor para controlar la inflación, sumándose de esta forma al mensaje de la Reserva Federal norteamericana. De los diez bancos centrales que supervisan las diez divisas más negociadas, nueve se reunieron en junio, y de ellos, siete subieron los tipos de interés, y dos decidieron mantenerlos invariados. Tanto Noruega como el Banco de Inglaterra sorprendieron a los mercados con una subida mayor de lo prevista, de 50 puntos básicos, mientras que Canadá y Australia reanudaron en junio sus ciclos de subidas de tipos. Suecia, Suiza y el BCE también endurecieron su política monetaria, con lo que el total mensual de subidas entre los siete bancos ascendió a 225 puntos básicos. La FED mantuvo los tipos invariados en junio y el Banco de Japón los mantiene en 0,10% desde 2008. El Banco de Nueva Zelanda, que no celebró reunión en junio, había subido los tipos en mayo. Aunque algunos bancos centrales están logrando avances iniciales en la reducción de la inflación, en general siguen enfrentándose a un difícil equilibrio entre inflación y crecimiento económico, y en algunos casos, podrían estar cerca del final del ciclo de subidas presionados por la ralentización económica. En los países emergentes hay más indicios de que el ciclo se está agotando. De dieciocho países emergentes, trece celebraron su reunión el mes pasado, y once de ellos optaron por mantener los tipos invariados. Las excepciones Turquía con una subida de 650 pb y China que redujo los tipos en 10pb.