Los principales bancos centrales están adoptando posiciones más cautelosas respecto a las trayectorias de sus políticas de tipos de interés. Ayer, el Banco de Inglaterra, como se esperaba, mantuvo su tipo de referencia sin cambios en el 4,75%, a pesar de las señales de desaceleración de la economía. Las persistentes presiones inflacionarias lo llevaron a adoptar un enfoque "gradual" de cara a futuros recortes de tipos. Las autoridades del Banco de Inglaterra votaron 6 a 3 a favor de mantener las tasas de interés sin cambios, una división mayor a la que habían pronosticado los mercados. El gobernador del Banco de Inglaterra declaró: “Con la creciente incertidumbre en la economía, no podemos comprometernos a cuándo o en qué medida reduciremos los tipos el próximo año”.
La economía británica se contrajo en septiembre y octubre, la primera contracción consecutiva desde la pandemia de COVID-19. Gran parte de esta situación se atribuyó al anuncio del nuevo gobierno de aumentar los impuestos a las empresas. En Japón, el banco central también mantuvo los tipos sin cambios, dada la incertidumbre comercial con Estados Unidos. Por su parte, el Banco Central de Noruega mantuvo el tipo de interés oficial en el 4,50%, su nivel más alto en 16 años, y destacó el riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y China. En Suecia, como se esperaba, el banco central recortó los tipos en 25 pb al 2,50%, aunque señaló que ahora veía razones para actuar con mayor cautela.