El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado las previsiones de crecimiento de la economía española para el año 2025. España aparece muy bien posicionada para liderar el crecimiento entre los países desarrollados, lo que conseguiría por segundo año consecutivo. En cuanto al impacto de las primeras medidas arancelarias anunciadas por Donald Trump, el FMI indica que no tendrá mucho impacto por la limitada exposición comercial de España a Estados Unidos.
La revisión del FMI dice que la economía española crecerá hasta el 2,5% a lo largo del año 2025, muy parecido a la proyección del Gobierno de Pedro Sánchez. Esto trae una mejora de dos décimas frente a las anteriores perspectivas de España. Todo esto pese al complicado contexto internacional y se basa en un sector exterior dinámico y un mercado laboral robusto.
Estos factores que hacen más fuerte a la economía sientan los pilares para que España continúe en el conjunto de países que se sitúan a la cabeza entre los países desarrollados por segundo año seguido.
Proyección a largo plazo
El informe argumenta que se espera que el crecimiento se mantenga fiable en el corto plazo y que más tarde vaya desacelerando de forma paulatina. La tasa de crecimiento anualizada del 3% que se observa desde el 2023 ha ido bajando de forma gradual al normalizarse el crecimiento de la población en edad de trabajar y de las exportaciones.
Estos factores van a reducir el crecimiento durante los próximos años, con un aumento esperado del 2,5% en 2025 y un 1,8% en 2026. Por otro lado, el envejecimiento demográfico dejaría cerca de su potencial a medio pazo de alrededor del 1,7%.
El organismo cree que habrá una tasa de desempleo alrededor del 11% a medio plazo y que tanto la inflación general como la subyacente sigan disminuyendo para colocarse cerca del 2% a final de año.
Retos a superar
Uno de los principales retos que ha de superar la Administración y la economía de España es la reducción del déficit. Hay la posibilidad de que no se pueda conseguir cumplir los compromisos con la UE o si en el mercado de valores surgieran graves inquietudes sobre los riesgos soberanos en Europa.
Por otro lado, el FMI subraya la elevada deuda pública del país, que puede enfrentarse a inminentes gastos (como el desembolso en defensa) que traen severos riesgos fiscales a medio plazo. España tuvo una relación de la deuda y el PIB del 101,8% a finales de 2024.
Recomendaciones del FMI
Desde la entidad piden a la Administración aprovechar el impulso económico para recomponer el espacio fiscal y bajar los riesgos que pesan sobre la deuda soberana. Otra de las prioridades, según el Fondo, tendría que ser la estabilización entre la recaudación de impuestos y la reducción del gasto.
Por otra parte, el informe remarca la cuestión de las presiones fiscales derivadas de la creciente brecha entre el gasto en las pensiones y las cotizaciones a la seguridad social. El FMI indica que, en este sentido, la Administración tendría que dar prioridad a las medidas que favorezcan el empleo.