Ayer, el Banco de Canadá se unía al Riksbank de Suecia y al Banco Nacional de Suiza en la bajada de tipos. Recortó su tipo de interés oficial en 25 pb, al 4,75%, una decisión esperada que supuso el primer recorte en cuatro años y dijo que era probable una mayor relajación monetaria si la inflación seguía disminuyendo.
Tras mantener durante casi un año el tipo oficial en el 5%, su nivel más alto en más de dos décadas, el Banco de Canadá señaló que los indicadores de inflación subyacente parecían cada vez más favorables.
"Ante la evidencia cada vez mayor y más sostenida de que la inflación subyacente está remitiendo, la política monetaria ya no necesita ser tan restrictiva", dijo su gobernador.
La inflación en Canadá se ha desacelerado este año hasta alcanzar un mínimo de tres años del 2,7% en abril. Si bien se ha mantenido por debajo del 3% durante cuatro meses consecutivos, sigue siendo superior al objetivo del 2% del banco central. Tras el anuncio, los mercados descontaron una probabilidad del 42% de un nuevo recorte al 4,50% el mes que viene, y veían como seguro uno en septiembre.
Hoy, el BCE
Hoy, todas las miradas están en el BCE esperando que haga lo mismo que el Banco de Canadá. Ayer se conocía que la actividad empresarial de la zona euro, medida por el índice compuesto de gerentes de compra (PMI) de HCOB, creció en mayo a su ritmo más rápido en un año, gracias al crecimiento del sector servicios, dominante en el bloque.
También mostró que las presiones generales sobre los precios se relajaron, con un aumento de los precios de producción al ritmo más lento de los últimos seis meses, algo tranquilizador para el BCE.