Tal y como se esperaba, la Reserva Federal mantuvo ayer sin cambios sus tipos de interés de referencia en el rango del 5,25%-5,50%, pero abrió la puerta a reducirlos en su próxima reunión del 17 y 18 de septiembre, a sólo siete semanas de las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos.
Si bien los funcionarios de la Fed se muestran cautos ante cualquier acción que pueda empañar su enfoque de "datos, no política" a la hora de fijar los tipos, la caída de la inflación en los últimos meses suscitó un amplio consenso en torno a la idea de que la batalla contra el alza de precios estaba llegando a su fin. La inflación, para la Fed, es ahora sólo "algo elevada", un ajuste de la evaluación de "elevada" que ha usado durante gran parte de su etapa de endurecimiento monetario. En su comunicado también ha eliminado la referencia a que estaba "muy atenta a los riesgos de inflación", y lo ha sustituido por un reconocimiento de que los responsables de política monetaria estaban ahora "atentos a los riesgos para las dos partes de su doble mandato", que incluye el encargo del Congreso de mantener el máximo empleo consistente con precios estables.
En la rueda de prensa posterior, su presidente señaló que los responsables de política monetaria discutieron los argumentos a favor de recortar los tipos de interés de inmediato, pero una "gran mayoría" estuvo de acuerdo en que ahora no era el momento adecuado para reducir los tipos.