Ayer arrancó la campaña para las elecciones parlamentarias anticipadas en Francia, después de que el presidente francés convocara inesperadamente elecciones tras la derrota de su partido centrista gobernante. Las primeras encuestas sugieren que la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen obtendrá el 35% de los votos en la primera vuelta el 30 de junio, con el 26% para una frágil alianza de partidos de izquierda y sólo el 19% para Macron. La segunda vuelta tendrá lugar el 7 de julio.
La incertidumbre política ha desencadenado fuertes ventas de bonos y acciones francesas. Las autoridades del BCE no tienen ningún plan para discutir compras de emergencia de bonos franceses y consideran que corresponde a los políticos locales tranquilizar a los inversores. Ayer, el economista jefe del banco central dijo que no había necesidad de que el BCE saliera al rescate de Francia comprando bonos porque la reciente agitación del mercado alimentada por la incertidumbre política no era desordenada. También señaló que seguía confiando en que la inflación volverá a caer al objetivo del BCE del 2% en 2025.
En su opinión los datos individuales podrían ser "ruidosos", pero admitió que el banco central necesitaba que la inflación en todo el sector de servicios se relajara este año. Sus declaraciones coincidieron con la publicación de datos de la zona euro que mostraron que los costes laborales unitarios aumentaron un 5,1% en el primer trimestre, acelerándose desde el 3,4% en los últimos tres meses de 2023.