La guerra entre Ucrania y Rusia ha llegado a su jornada número 81 y los combates y bombardeos siguen siendo una constante. El presidente ruso, Vladímir Putin, sigue perdiendo apoyos, pero no cesa en su iniciativa bélica.
Según las últimas informaciones, el ejército ruso se ha retirado de sus posiciones en la ciudad de Járkov, la segunda más grande de Ucrania, renunciando así a su asedio.
"En Járkov, el enemigo no ha realizado activas acciones militares. Ha centrado sus esfuerzos en garantizar el repliegue de sus fuerzas de la ciudad", ha corroborado el Estado Mayor de la Defensa de Ucrania.
Pero Rusia no se ha rendido y ha centrado sus esfuerzos en el este del país, en la zona del Donbás donde existe una mayoría prorrusa. Pero el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha avisado de que se aproximan unas "semanas extremadamente duras" en el conflicto y que se va a iniciar una nueva fase bélica "larga".
El G7 advierte a Putin que no reconocerá el cambio de fronteras
Los ministros de Exteriores que conforman el G7 (las 7 potencias más industrializadas) se han reunido el sábado y han advertido a Moscú de que no reconocerán ningún cambio de fronteras impuesto "mediante la agresión", en referencia al conflicto con Ucrania.
"El cambio de fronteras que Rusia quiere imponer con la guerra no será reconocido nunca", ha reiterado la ministra alemana Annalena Baerbock. También ha criticado los efectos que la guerra de Putin está teniendo sobre alimentos básicos como el grano y ha reprochado a Moscú que está ampliando la contienda a todo el mundo y transformándola en una guerra por los alimentos.
En la reunión, las potencias participantes (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) han sellado su compromiso de seguir enviando material militar a Ucrania y aislando a Rusia tanto política como económicamente.