Se suele comentar que para ser un auténtico campeón, hay que defender el título con éxito, y este sábado Ilia Topuria ha dado una clase magistral de cómo conseguirlo, manteniendo con mucha solvencia su cinturón de campeón. En este combate tenía enfrente en Abu Dabi a uno de los mejores peleadores de la historia en su categoría, Max Holloway. Un luchador que jamás había sido noqueado y que solo tenía una única derrota en esa división, frente a Volkanowski. El combate había creado mucha expectación por la historia que se había generado, y el hispano-georgiano ha conseguido lo que nadie había hecho antes de él.
Había muchos famosos que no se querían perder el combate del deportista español. Además de los habituales peleadores de la compañía, también hemos podido ver varios nombres reconocibles a nivel nacional. Uno de los que más se ha implicado ha sido Sergio Ramos, que en muchas ocasiones ha dejado clara su buena relación con él. Pero la presencia que más ha sorprendido ha sido la del Rey emérito Juan Carlos I. El monarca tampoco se ha querido perder la histórica pelea y, al final, ha sido protagonista de la imagen de la misma.
El beso al Emérito
Y es que al terminar el combate todo el mundo ha querido celebrar con el campeón y, como no podía ser de otra manera, el rey emérito no ha sido una excepción. Lo curioso ha sido la manera en la que el luchador lo ha celebrado. Ilia Topuria se acercó a él, y empezó a escuchar lo que Juan Carlos I le decía pero, nada más terminar de hablar, Topuria le ha agarrado la cabeza y le ha dado un beso en la frente. Algo que no suele nada común dentro de la monarquía, pero llevado por la euforia del momento, el campeón decidió saltarse el protocolo.
El combate terminó siendo más sencillo de lo que algunos imaginaban. Desde el inicio fue claramente dominado por el español, y como había dicho en las ruedas de prensa previas terminó noqueando al hawaiano en el tercer asalto. Primero le lanzó un directo que dejó muy tocado a Holloway, esto lo aprovechó a la perfección Topuria, que comenzó a ejercer una presión muy fuerte, lanzando un golpe tras otro al rostro de su rival, hasta que al final conectó uno en el mentón que lo llevó directo al suelo.