En 2015 ocurrieron unos hechos dentro del seno del baloncesto español de los que fueron protagonistas Marcus Slaughter y Andy Panko, jugadores en aquel momento de Real Madrid y Fuenlabrada, respectivamente. El caso es que los dos consiguieron pasaportes de Guinea Ecuatorial de cara a la temporada 2014/15 de la Liga Endesa, con lo que ya no ocupaban plaza de extracomunitarios. En ese momento parecía todo correcto, pero más tarde se ha conocido que los documentos eran falsos y de ahí viene el problema legal que todavía colea.
La Federación Española de Baloncesto reparó esto al ver que la numeración era idéntica en los dos, empezando entonces una investigación junto con el Consejo Superior de Deportes para tomar las medidas pertinentes. Las consecuencias, sin embargo, podrían ser mucho más graves para Slaughter, que se habría aprovechado de esa condición de no ocupar plaza de extracomunitario en un Madrid que ya tenía dos, el máximo que se puede presentar en las competiciones de baloncesto en España, mientras que Panko no llegó a utilizar esa documentación para tal beneficio.
Este caso ha estado abierto durante los últimos años después de un periodo en el que quedó parado, con el FC Barcelona como parte de la acusación, pues según el reglamento de la Federación, la alineación de Slaughter en los partidos que jugó con este pasaporte se convertirían en derrota automática y esto llevaría a que el Real Madrid perdería los títulos de Liga y Copa con los que se alzó esa temporada, pasando a ser el campeón el segundo, que en este caso fue el conjunto azulgrana.
Consecuencias para Slaughter y el Madrid
Ahora, casi 10 años después, el proceso continúa abierto y, según ha adelantado RAC1, se ha ordenado la detención de Marcus Slaughter. Esta orden sería de carácter internacional al no conocerse el paradero del ex jugador del Real Madrid. Este medio señala que el juez instructor ha pedido una condena de 16 de cárcel además de una multa que haría que el estadounidense tuviera que pagar 12 euros diarios a lo largo de 8 meses. Todo ello, tras haber conseguido toda la información del caso y haberla estado estudiando, y es que el propio Slaughter ya había declarado sobre este asunto en 2017.
Este aseguró que Julián Aranda, que era su agente en 2015, fue el encargado de mover todos los hilos del pasaporte y le pidió 35.000 dólares, llegando a decir luego que se lo dio alguien del Real Madrid, aunque el club siempre ha negado que esto fuera así. En la acusación, además de Slaughter y Panko, también se encuentran implicados el mencionado Aranda, Hugo López; que era entrenador del Malabo Kings ecuatoguineano, y Richard Nguema, también jugador e hijo de un diplomático de Guinea Ecuatorial.