Noche aciaga para un Real Madrid que necesitaba sumar en esta nueva Champions en la que se hunde en la tabla de clasificación tras la derrota en Liverpool (2-0).
Todo le salió mal al conjunto blanco, con Kylian Mbappé fallando un penalti que hubiera sido el 1-1 en el marcador y una posible salvación de cara al resultado.
Además, sumó otra nueva lesión. Sí. Esta vez el caído fue Eduardo Camavinga, que asustó por sus molestias, y podría suponer un nuevo duro golpe para Carlo Ancelotti.
Planteamiento inicial
Gustó el once inicial de circunstancias de Ancelotti, que tenía que afrontar varias bajas importantes. Apostó por el joven Raúl Asencio de nuevo como central, acompañando a Rüdiger, y el canterano cumplió con creces. Parece un veterano y apenas se le nota la falta de experiencia en el fútbol de élite.
Además, Fede Valverde repitió como lateral derecho de emergencia, y simplemente cumplió, pero perdiendo el Madrid su aportación como centrocampista todoterreno.
Ancelotti también sorprendió con Arda Güler de nuevo titular, esta vez en el centro del campo pero tendiendo al extremo derecho para ayudar en ataque. El turco estuvo fallón y nervioso y esta vez quedó lejos de las expectativas, lo que da la razón al técnico italiano de cara a futuros encuentros, cuando le deje en el banquillo de nuevo, y se quite las presiones de encima por no alinearle de arranque.
El otro nuevo en el once inicial fue Brahim Díaz, que intentó tapar el hueco dejado por Vinicius, pero estuvo muy lejos de su alto rendimiento mostrado con Marruecos en el parón de selecciones.
Hubo momentos de buenas sensaciones, pero el líder de la mejor liga del mundo, la Premier, supo ser superior cuando tocaba y manejar el encuentro. Derrota merecida.
Muchos problemas
Ahora, el Madrid, tras esta nueva derrota, 3 en 5 partidos disputados, se mete en serios problemas clasificatorios. Está en el puesto 24 de 36, lejos de los 8 puestos de pase directo a octavos de final.
Siendo realistas, ahora su único objetivo es meterse en la repesca, que le obliga a jugar una eliminatoria previa para poder entrar en la siguiente ronda, lo que implica más partidos, sustos y cansancio para sus sobrecargados futbolistas.
Los 3 partidos que tiene que afrontar ahora como auténticas finales son ante el Atalanta (fuera, en Italia), el 10 de diciembre, y ya en enero del próximo año ante el Salzburgo, en el Bernabéu, y ante el modesto Brest (fuera, en Francia). Asequibles, los 3 encuentros, en teoría, para que el Madrid espabile y sume 9 puntos, que le dejarían con 15 y en puestos de repesca. Difícil será ver un milagro y colarse entre los 8 mejores.
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