La ralentización económica está llevando a los principales bancos centrales a modificar sus políticas monetarias. En los últimos meses tanto la Reserva Federal, como el BCE han aplazado las expectativas de subidas de tipos.
Ayer el Banco Central de Canadá también se mostró más cauto y descartó futuros aumentos de los tipos de interés tras proyectar que el crecimiento en la primera mitad de 2019 sería más débil de lo pronosticado en enero, rebajando las estimaciones desde el 1,7% al 1,2%, aunque mantuvo sin cambios los tipos de interés en el 1,75%. Las autoridades monetarias señalan que la incertidumbre persiste en torno a los conflictos comerciales que inciden negativamente sobre la confianza de las empresas y la actividad económica, y que ha contribuido a una ralentización simultánea en un gran número de países.
Por otra lado, el Banco Central de Australia podría anunciar en alguna de sus próximas reuniones, la más inmediata el 7 de mayo, una bajada de los tipos de interés desde el 1,5% en el que se mantienen desde septiembre de 2016 después de recortarlos en 325 puntos desde junio de 2011. La expectativa de una nueva bajada de tipos se produce después de publicarse ayer datos de inflación, que en términos anuales ha pasado en el primer trimestre del 1,8% al 1,3%, a lo que se suma una expectativa de un crecimiento más moderado. El dólar australiano se depreció más de un 1,1% frente al dólar norteamericano, mientras que con respecto al euro fue de un 0,6%.