La valentía de esos cerca de mil espectadores tuvo su recompensa, pues la buena presentación y el bravo comportamiento de los utreros de El Retamar, a varios de los cuales se les aplaudió en el arrastre, junto a la entrega y una gran disposición de los tres novilleros actuantes, propiciaron momentos de satisfacción taurina, que quedó reflejada en los trofeos que fueron a parar a los esportones. Tres orejas, una en el su primero y dos en el que hacía tercero, consiguió David López, al que se le vio muy cuajado y seguro con el capote y en su toreo de corte clásico con ambas; se mostró suficientemente maduro para dar el siguiente paso y debutar en festejos con caballos.
Jarocho también consiguió idéntico número de trofeos y similar en el reparto. Su toreo, algo más impulsivo y arrollador, con exponentes de valor, como dejó claro en la faena de muleta al que cerraba festejo, y en el que fue prendido de fea manera en la parte posterior del muslo y levantado a considerable altura; tras unos breves minutos en mano de las ayudas, se recuperó volviendo a la cara del novillo para ejecutar una tanda de manoletinas, tras la que vino una certera estocada, animando su actitud a que la presidencia le concediera las dos orejas.
Alejandro Chicharro que obtuvo una oreja en su primero, y en el otro, el que hacía quinto del festejo, se quedó el premio en ovación con saludos por sus fallos con los aceros, lo que a la postre impidió que acompañara a sus compañeros de cartel en la salida triunfal. Pero no obstante, dejó patente las grandes cualidades que tiene, y que dejan entrever la capacidad para interpretar el toreo en su más pura concepción.
En definitiva, una buena tarde para cerrar esta feria y abrir las esperanzas a un futuro de ilusión.
CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR