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Desplante de Pablo Aguado al toro que cerró el aburrido festejo,.
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Desplante de Pablo Aguado al toro que cerró el aburrido festejo,. (Foto: Circuitos Taurinos)

Colmenar Viejo: petardo de los 'Montalvo’ en una pantomima de festejo

domingo 25 de agosto de 2024, 22:57h
“Qué asco de ganadería”. La voz surgió profunda desde el tendido 5, que lleva camino de convertirse -ojalá- en un sanedrín sabio y exigente a imitación del 7 de Las Ventas. Pues, eso. Que dan ganas de no seguir escribiendo, porque con semejante, y acertadísima, sentencia, está explicado todo. Incluso se puede rematar con otro grito coreado, de manera más extensa, por el graderío del coso al término del simulacro de corrida, el de “Fuera, fuera”. Pues, eso. Que un encierro de la divisa de Montalvo, no sólo sin fuerzas, sino también sin casta y sin ‘na’ de ‘na’ permitió que se 'taparan', mínimamente, Daniel Luque y Pablo Aguado, y fracasara Talavante.

Con semejante burros con cuernos, sufrimos la antítesis de lo que debe ser el toro de lidia, hasta el punto de que los animales no sólo no daban miedo, sino que daban pena. Con lo que el festejo, ayuno de emoción en todo su desarrollo, fue una triste y aburridísima pantomima de principio a fin. Sirva el ejemplo de que lo más torero lo llevó a cabo Iván García, de la cuadrilla de Luque, al parear con brillantez al quinto y ser obligado a saludar.

Porque su jefe, que se había estrellado con su primera animal, protestadísimo porque su invalidez era supina -pero al que el usía Eutimio Carracedo mantuvo en el ruedo- y que al cuarto muletazo hocicó la arena, tampoco pudo lucirse con el otro. Ni siquiera cuando apostó por un absurdo arrimón logró interesar al cotarro.

Algo llegó a gustar, y despertar del sopor al público, Pablo Aguado con tres verónicas lentas y dormidas y un quite por voluntariosas chicuelinas con el tercero. Fue un espejismo porque con la sarga el burel se paró y su matador, quizás en venganza, le atizó un feísimo bajonazo. Algún destello, entre varios trapazos, también dejó el sevillano frente al que cerró el bochornoso espectáculo con el que, ya casi un cadáver, se le ocurrió finalizar con un desplante de hinojos que provocó hilaridad.

Lo que provocó Talavante fue una justísima pitada con el que abrió función, un ejemplar grandote y feote, con el que anduvo no sólo vulgar, sino incapaz, engorrinando más el fracaso con su pésimo manejo de las armas toricidas. El extremeño brindó al público -entre división de opiniones- el cuarto con el que cinceló entre caídas algunos naturales y redondos despegado y ventajista para largarle otro espadazo infame.

FICHA

Toros de MONTALVO, bien presentados excepto 1º; muy flojos, con 2º inválido, nobles y descastados. ALEJANDRO TALAVANTE: bronca; silencio. DANIEL LUQUE: silencio; silencio tras aviso. PABLO AGUADO: silencio; silencio tras dos avisos. Colmenar Viejo, plaza de La Corredera, 25 de agosto, 2ª de Feria. Menos de media entrada.

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