Y en eso llegó Daniel Luque. La tarde transcurría con mediocridad artística, a pesar de las orejitas que había cortado Alejando Talavante, cuando el festejo alcanzó su máxima dimensión. Porque aconteció la gran verdad de la fiesta: un toro fiero vendiendo cara su vida y un hombre valeroso enfrentado a él, domeñándole con técnica y creando arte. Hasta el punto que la faena de Luque a 'Mocito', que tal era el nombre del burel, puso en pie a los espectadores estremeciendo sus fibras sensibles. Dos orejas menores, una y una, cortó Talavante mientras que Morante decepcionó.
Ya de salida, ese buen capotero que es el de Gerena recibió a Mocito con un ramillete de 8 sentidas verónicas, 8. para rematar con dos medias muy barrocas. Tras el paso por el caballo, en el que ‘el toro se entregó eso sí sufriendo sólo un picotacito, el de Zacarias Moreno apretó en banderillas derribando a Juan Contreras en la brega y a Raúl Caricol –herido de pronóstico menos grave- con los palitroques.
Tal comportamiento encastado con un punto de fiereza, cada vez más perdido, lo mantuvo de sobra un Luque inspirado que inició su excelsa labor con varias trincherillas y el del desprecio. Luego, pisando terrenos comprometidos, y obligados, le fue pudiendo a su enemigo a base de llevarlo muy enganchado a la flámula por los dos pitones, mientras el animal seguía mostrando sus virtudes.
Era tan de verdad lo que pasaba sobre la arena que el cotarro parrció enloquecer y las palmas echaban humo. No podían faltar en este faenón esos cambios de mano tan característicos del coletudo con el envés de la muleta bautizados como luquesina. Pero no fueron ni uno ni dos ni tres, hasta cinco cascabeleó con los pies clavados. Sólo faltaba el colofón del espadazo, que llegó, y también la éxtasis de lo colmenareños que premiaron con toda justicia a Luque con las dos orejas y a Mocito con la vuelta al ruedo.
La tarde quedó resumida en este magnífico final, ya que con anterioridad a Talavante se le fueron sin torear como se merecían otros dos animales encastados a los que dio muchos pases, algunos buenos, pero siempre por debajo de lo que podía esperarse de él en otra época. Y Morante, inédito con el percal, debió dejarse su indudable vena artística en el hotel y traerse la jinda. Es cierto que su lote, con sendos toros reservones y blandos, -pero, ojo, muy nobles-, ofrecía pocas posibilidades pero tampoco el de la Puebla, desconfiado y dubitativo, le echó la profesionalidad y entrega que debía.
FICHA. Toros de ZACARÍAS MORENO, de justa presencia y fuerzas excepto 6º; nobles y en general cumplidores en el caballo, destacando los encastados l2º, 5º y 6º -premiado con vuelta al ruedo. MORANTE DE LA PUEBLA: pitos; división. ALEJANDRO TALAVANTE: oreja; oreja. DANIEL LUQUE: ovación; dos orejas. Talavante y Luque salieron a hombros. El subalterno Raúl Caricol sufrió una cornada cm. en pierna izquierda de pronóstico menos grave. Plaza de La Corredera, Colmenar Viejo. 29 de agosto. 3ª de Feria. Tres cuartos de entrada.