La gala más controvertida de los Premios Oscar de los últimos años está a punto de comenzar. El teatro Dolby de Los Ángeles ya tiene todo listo para acoger la 97 edición de los galardones más prestigiosos del cine.
Una ceremonia que este año se ha visto empañada por la polémica con la actriz española Carla Sofía Gascón, primera actriz trans en estar nominada.
Su papel en Emilia Pérez le ha valido la nominación y pese a que la película no deja de cosechar éxitos internacionales, sus tuits racistas y homófobos han provocado la cancelación de la artista. Pese a toda la polémica, la española no ha rechazado su nominación y podría llevarse la estatuilla.
De hecho, sí va a acudir a la gala, aunque se desconoce todavía si desfilará por la alfombra roja. En su última historia de Instagram, Gascón ha compartido una foto suya con el texto "Nam-myoho-renge-kyo", una expresión japonesa que simboliza la determinación con uno mismo y no ceder jamás ante las dificultades. Toda una declaración de intenciones en una de las galas más polémicas de los últimos años.
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A pocas horas de la gala se ha confirmado una gran ausencia, pero no es la de Karla Sofía, sino la de Harrison Ford. Todo un icono de Hollywood que formaba parte del elenco de presentadores.
Un herpes zóster le impedirá acudir
Harrison Ford, de 82 años, sigue trabajando en películas de renombre y recibiendo el cariño del público.
El mítico Indiana Jones iba a presentar uno de los premios y tras su último papel en la película de Marvel 'Capitán América: Brave New World', se esperaba que fuera uno de los momentos icónicos de la gala.
Pero no va a poder ser, pues el actor ha informado hoy mismo de que padece un herpes zóster y no podrá acudir.
No es una enfermedad grave, pero sí muy dolorosa causada por un virus que en algunos casos puede volverse incapacitante.
La provoca el virus varicela-zóster, el mismo que produce la varicela.
Esta infección vírica puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y suele generar bastante dolor.
Aparece una especie de sarpullido o erupción que produce dolor y quemazón. Además de esta molestia, puede ocasionar síntomas como fiebre, fatiga, sensibilidad a la luz y dolores de cabeza.
En la mayoría de casos se pasa solo, aunque si se complica puede requerir antivirales.
En casos graves esta patología puede desembocar en encefalitis o problemas de visión si el herpes se desarrolla en la cabeza o el rostro.