Ya se sabe que el protagonista de la Fiesta es, o debería ser siempre, el toro. De ahí que cuando el escaso milagro de la casta le adorna, cual al 5º -‘Alcahuete’, premiado en exceso con una vuelta- y 4º de López Gibaja, todo adquiere mayor interés y relevancia. Mayormente si sus antagonistas los coletudos le hacen frente, cual intentaron el local Jesús Moreno, que marró a espadas, y el madrileño Alejandro Chicharro, quien cortó una oreja que supo a poco. Peor suerte tuvo el otro albacetense del cartel, Francisco José Mazo, muy valiente ante el peor lote.
En estos posmodernos tiempos en que lo que manda es el animal obediente y en teoría escasamente ofensivo, que es el que imponen los que mandan -y manejan el negocio-, no es mal balance estadístico que dos de seis novillos fueran encastados, no.
Sí puede serlo que el más que placeado Chicharro debiera conformarse con un trofeo, al necesitar tres golpes de cruceta para despenar a ‘Alcahuete’, un buen novillo que cumplió mínimamente en varas y, por tanto, no merecía el premio del pañuelo azul. Con él llevó a cabo lo más intenso artísticamente de la tarde en series de mano baja por ambos pitones y adornos finales con bernadinas y desplantes.
Mas no fue la faena maciza que merecía el burel, porque también hubo irregularidades y ventajas en algunos cites. Al margen de ello, el madrileño se dirigió de mala e ineducada manera a la excelente banda de la Unión Musical pidiéndole que tocara nada más iniciar la faena y dedicándole después miradas desafiantes.
Hasta el punto de que cuando el director Alberto Nevado decidió hacerlo, el coletudo le pidió que cortara, dividiendo a los tendidos. Zapatero, a tus zapatos. Chicharro no había estado a gusto con el poco entregado anterior desde que salió, y tampoco él se complicó en demasía, aunque luego intentó una vuelta al ruedo que nadie había pedido.
También Moreno se lució con su segundo, ‘Auténtico’, en una labor mandona y de poder, casi siempre en el platillo. Suyos fueron los mejores naturales de la tarde, y casi de la Feria hasta ahora, con la muleta a rastras y muy ligados. Pero el albacetense tampoco acertó con la tizona y hubo de conformarse con recorrer el anillo sin los dos trofeos que seguro habría cortado de acertar con los aceros. Ojalá los afine en su comparecencia venteña de la Feria de Otoño. Igualmente mostró su clasicismo, a base de suavidad y sólo con los pocos detalles que le permitió el muy blando y sin fondo que abrió función.
Por su parte Mazo realizó un derroche de testosterona con el peligroso último, que le buscaba de continuo con malas intenciones y ya le había alcanzado nada más salir, por fortuna sin consecuencia. Idéntica firmeza mostró con el anterior, un animal sin clase que echaba la cara arriba y sólo le permitió algún apunte de clasicismo.
FICHA
Novillos de LÓPEZ GIBAJA, bien presentados en general, con 1º y 5º más justos. Noblones excepto el peligroso 6º; mansos en el caballo menos 1º, 4º y 5º estos dos últimos, encastados. JESÚS MORENO: ovación tras aviso; vuelta tras aviso. ALEJANDRO CHICHARRO: ovación; oreja tras aviso. FRANCISCO JOSÉ MAZO: vuelta; ovación tras aviso. Saludaron en banderillas David Adalid y Javier Perea. Plaza de Albacete, 10 de septiembre, 3ª de abono. Dos tercios de entrada.