Escrita no sólo con brillantez, sino con una gran capacidad didáctica, 'El puerto invisible' cala es las fibras de cualquier lector con sensibilidad, las estremece y sacude. A la par que, una vez iniciada su lectura es casi imposible dejarla. Son muchas las frases definitorias y definitivas que reflejan, más allá de los acontecimientos de los personajes y la situación que viven y sufren, que en este caso es lo mismo.
Vayan tres breves ejemplos literales: "No sólo fue recordar; lo doloroso fue recordar en un obligado silencio". "Había cumplido sus veinte años con alegría y esperanza con el triunfo de la República y estos últimos diez" -tras su caída- "había envejecido de pronto cincuenta". Y "una de las primeras cosas que hicimos fue abrir la caja azul ir sacando los objetos y nos prometimos que algún día daríamos sepultura digna a la tía María, al abuelo y a todos los que estaban en esa fosa".
Con un enorme protagonismo femenino en historias que se entrecruzan tras acabar la fratricida contienda, esas mujeres silentes y activas -que estaban unidas por los mismos ideales en la defensa de sus derechos y fueron siempre solidarias con sus compañeros- mientras Hitler espera que Franco entre en la guerra y los nazis amparados por los rebeldes del golpe de Estado controlan puertos del Mediterráneo.
En definitiva, una gran obra de obligada lectura donde se funden realidad y ficción, propia de una escritora nacida en Argentina, que ha residido y trabajado en diversos países, y con más de dos decenas de libros, mayormente de narrativa y poesía publicados. Sin olvidar sus innumerables artículos y colaboraciones en prensa, antologías y catálogos artísticos,. Y, claro, su también ejemplar activismo cultural que incluye su lucha por los derechos humanos, la memoria histórica y el feminismo.