Según ha informado el diario El País (la noticia
aquí)
"la Fiscalía de Sevilla ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 1
de Écija que se inhiba en favor del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía en el caso de los asaltos a dos supermercados por parte de un
grupo organizado de jornaleros el pasado 7 de agosto. Con el
allanamiento en favor del alto tribunal andaluz, el aforado
Sánchez
Gordillo, que lideró el robo de alimentos básicos en un supermercado de
Écija podría ser imputado. El ministerio público considera que Sánchez
Gordillo, pese a no ser el autor material de los asaltos, fue "inductor y
cooperador necesario" en los mismos y su hipotética pena sería similar a
la que afectaría a los autores materiales de los hechos".
Es impresionante la celeridad y eficacia con que la Fiscalía se pone
en marcha para actuar contra una persona que al fin y al cabo lo que ha
hecho es tratar de mostrar a la sociedad la injusticia que supone que
miles de familias pasen hambre y pierdan sus viviendas mientras que los
causantes de esos problemas reciben ayudas multimillonarias de los
gobiernos con el dinero de todos los ciudadanos.
Impresiona pero también indigna cuando se sabe que esa misma Fiscalía
no actúa cuando se trata de perseguir a quienes roban a los españoles
600.000 ? diarios o un montante total de 5.400 millones de euros desde
1984.
Eso es lo que está pasando, según demuestra el ingeniero sevillano
Antonio Moreno en su web
www.estafaluz.com.
Este ingeniero se ha dirigido en varias ocasiones a la Fiscalía de
Sevilla para poner en su conocimiento que hay una connivencia entre los
sucesivos gobiernos y cuatro empresas eléctricas españolas (Endesa,
Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico) para estafar a los
consumidores, concretamente, cobrándoles por servicios que no le prestan
o manipulando los precios. Pero la Fiscalía que ahora se moviliza
rápidamente contra Gordillo no hace nada.
Para comprobar que esa estafa es cierta basta con saber multiplicar.
Antonio Moreno ha presentado a la Fiscalía datos que muestran la
evolución del precio medio de mercado del contador monofásico de simple
tarifa, que es el instalado en la práctica totalidad de las viviendas y
que supone aproximadamente el 85% del parque nacional, y la curva de
evolución del precio de alquiler de dicho contador. Como bien indica
Antonio Moreno, si los puntos de la curva de evolución del precio de
alquiler se hubieran obtenido multiplicando por la constante k=1.25/100
los puntos de la curva de evolución del precio medio de mercado (como
afirma el Boletín del Estado que ocurre), ambas curvas serían
coincidentes. Sin embargo, resulta que no sólo no son coincidentes sino
que la curva de evolución del precio de alquiler asciende mientras que
la curva de evolución del precio medio de mercado desciende. Eso prueba
irrefutablemente que los precios a partir de los cuales el Ministerio
calcula los precios de alquiler son muy superiores a los precios medios
de mercado reales.
A pesar de que es así de fácil comprobar la estafa, la Fiscalía se
viene desentiendo de las denuncias que presenta Antonio Moreno, de donde
no cabe sino deducir que la misma Fiscalía que persigue con tanto
ahínco a Sánchez Gordillo o está prevaricando cuando se desentiende de
una estafa que afecta a los 24 millones de clientes de las compañías
eléctricas y lleva reportados a éstas más de 2.400 millones de euros o
es que ha sido dirigida por fiscales que no saben multiplicar.
La Constitución española establece que la función del Ministerio
Fiscal es "promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad,
de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la
ley, de oficio o a petición de los interesados, y velar por la
independencia de los tribunales y procurar ante éstos la satisfacción
del interés social".
Su actuación tan distinta ante quienes denuncian robos y ante quienes
los cometen es una prueba más del tipo de instituciones que nos
gobiernan y de los intereses a los que sirven. A mí me parece que
combatirlas es ya una deber moral inexcusable de cualquier persona
mínimamente decente.