El Caso Repsol-YPF, o el temor a la renacionalización argentina
viernes 13 de abril de 2012, 08:55h
Cuando el Gobierno español,
entonces presidido por José María Aznar, decidió adquirir la empresa argentina
YPF, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, en 1999, España era, y "ejercía" como
toda una potencia económica, y las empresas españolas lo compraban todo y se
instalaban en todas partes con extraordinaria fuerza y potencia. Por el
contrario, Argentina pasaba por una
época de grave crisis económica, a las que los argentinos están ya muy acostumbrados. Para los argentinos, aquella compra de YPF
realizada por la española Repsol fue un episodio doloroso: era una de las
"joyas de la Corona", entre otras razones, porque muchos ciudadanos argentinos
eran "funcionarios" de la petrolera. Eran los tiempos en los que España
adquirió, también, Aerolíneas Argentinas, y cuando Telefónica o Endesa se
instalaron con extraordinaria fuerza en Buenos Aires... Se asegura que Repsol
pagó a Argentina 13.437 millones de euros por aquella compra, y nadie duda de que
la incorporación de YPF y de los yacimientos argentinos llevó a la petrolera
española a un formidable lugar en el negocio mundial del crudo, aportándole
hasta un terfio del beneficio bruto de la empresa. . El presidente de la
petrolera española Repsol era Alfonso Cortina, uno de los denominados "amigos
de pupitre" de Aznar.
Y gobernaba en Argentina
Carlos Menem. Las informaciones que desde hace tiempo circulan por Argentina y
en Internet, en una potente campaña contra aquella compraventa, insisten en que
fue una compra irregular, ocultando reservas petrolíferas ya descubiertas, y
que Menem vendió YPF en Nueva York un par de días antes de que lo anunciara el
Boletin Oficial del Estado... Las adquisiciones españolas de aquellos años, a
menudo hablan de presiones y hasta de sobornos, por una y otra parte. Por
ejemplo, cuando el Gobierno argentino de los Kirchner forzó la entrada en el
capital de Repsol-YPF del entonces "amigo de la familia" Ezkenazy, del Grupo
Petersen, en 2008, de quien llegó a asegurarse que era un "tapado" del la
propia pareja presidencial. Sin embargo, Eskenazi y el Grupo Penersen, que
suponen el 25 por 100 del accionariado de YPF, sólo en segunda posición hasta
el 57 por 100 de Repsol, han ido deteriorando su relación con el
Gobierno argentino, y paralelamente, las
tensiones entre Repsol y el Gobierno de Buenos Aires se han ido alimentando y
aumentando hasta nuestros días, en los últimos tiempos argumentando las
autoridades argentinas que la petrolera hispano-argentina no hace en Argentina
las suficientes inversiones, hasta el punto de verse el país con severos
problemas de abastecimiento petrolífero.
Cabe destacar que España compra 750.000 toneladas anuales de biodiésel a
Argentina, por valor de 750 millones de euros. Las más recientes reacciones las
protagonizaron hasta seis provincias argentinas, que rescindieron las licencias
de explotación a la petrolera hispano-argentina, una estrategia que ha hundido
de manera importante la cotización de YPF en la Bolsa de Buenos Aires, hasta
colocarla a precio de saldo. Han sido sucesivos gastos de presión y de clara
hostilidad que han tratado de aplacarse por parte española con intervenciones
directas del Rey de España, del Jefe del Gobierno, y del ministro de Industria.
Este último, en una declaración formal remitida en la tarde del jueves desde
Polonia, donde se encontraba en visita oficial en el séquito de Rajoy, advertía
de que la hostilidad mostrada hacia empresas españolas es hostilidad contra
España y contra su Gobierno... Y que
estaos ataques traerán consecuencias. Y es que, a esas horas, ya circulaba el
borrador de un proyecto de la Casa Rosada para proceder a la inmediata
renacionalización del 50,01 por 100 de YPF. El borrador de renacionalización no
llegaba a tener final conocido, ni en la comparecencia de la presidenta
Cristina Fernández con los presidentes de las provincias argentinas se hacía la
menor mención al asunto.
Lo que es evidente es que la
tensión ha sido creciente, y que el conflicto ha llegado a amenazar las
relaciones bilaterales. Recuerdan hoy varios medios informativos que la
inversión española en Argentina roza casi los treinta mil millones de euros, y
que banca y grandes empresas de servicios mantienen importantes inversiones
desde hace décadas, con alguna frecuencia con problemas y roces: Se evocan los
problemas que han tenido Telefónica, Endesa, Gas Natural o Aguas de Barcelona.
Han sido varios los analistas que, en los últimos días, han puesto de relieve
la gran inquietud que se ha generado entre las empresas españolas ubicadas en
Argentina, cuyo número total asciende a
unas cuatrocientas, de todo tipo y especialidad. Muy frecuentemente, los
directivos de las empresas con mayor facturación y presencia en América Latina
han identificado como principales amenazas la inseguridad jurídica y el tipo de
cambio. Como las españolas, otras muchas empresas europeas han hecho llegar a
Bruselas sus quejas por el comportamiento, muy
a menudo errático, de las autoridades argentinas. La señora Kirchner,
doña Cristina, y su populismo, no se están ganando la mejor reputación...