Sorpresas te da la Justicia
miércoles 25 de junio de 2014, 14:16h
La hermana del Rey, la hija del Rey, ya está
imputada acusada de dos presuntos delitos fiscales y de blanqueo de capitales.
Ojo, eso no quiere decir que sea culpable ni siquiera que vaya a ser juzgada.
Eso indica que el juez considera que hay indicios contra ella y supone que
podrá ejercer su defensa, asistida de abogado, presentar los recursos que le
permite la ley y, si llega el caso, tener un juicio justo. Como en el relevo en
la Corona, normalidad. Dejar que la Justicia actúe con libertad e
independencia. Y, esperemos, también con justicia. Nadie debería ser más ni
menos que nadie por su condición, por su estirpe o por su posición. Y aunque no
siempre sea así, porque los poderosos encuentran privilegios vedados a los más
débiles, la decisión del juez Castro mantiene la confianza en el funcionamiento
libre e independiente de la Justicia. Otra cosa es el inevitable juicio
paralelo iniciado hace años y las patadas que cada día damos los periodistas y
los ciudadanos a la presunción de inocencia. Y las que vamos a seguir dando con
el daño irrecuperable para muchas personas.
Soy partidario de que actúe la Justicia, de que se
la dote de medios técnicos y personales para que pueda hacer bien su trabajo
-que hoy no puede-, de que se cambie, con consenso, es decir con un Pacto de
Estado, todo lo que funciona mal, que es mucho y muy especialmente la mala
organización que hace que tantos asuntos se dilaten innecesariamente años y
años y que al final, aunque haya sentencia, no podamos decir que ha habido justicia.
Todos iguales, desde luego. También los políticos
corruptos que salen en las portadas de los periódicos cada día y que luego son
votados masivamente por los ciudadanos o siguen en sus puestos sin rubor. Y los
eurodiputados de todos los colores que se dan a sí mismos, y sin control
alguno, salarios, jubilaciones y fondos de pensiones incompatibles con la
crisis y con el servicio público, que no están al alcance de casi nadie, que
son absolutamente opacos y que gestionan SICAVs en Luxemburgo o donde sea. Y
los altos cargos españoles en organismos internacionales con sueldos
millonarios que se niegan a dimitir, tras ser imputados, hasta que les ponen la
soga en el cuello. Y los sindicalistas de UGT que se lucran insultantemente de
los fondos que el Gobierno les da para la formación de los desempleados, que
siguen sin trabajo y sin futuro. O los que defienden regímenes corruptos fuera
y piden Gobiernos éticos y transparentes en España.
No hablo sólo de España o de los políticos españoles.
Hay muchos en otros países que están en la cima del escándalo. Y tampoco sólo
de los que tienen un cargo público, porque la honestidad, la transparencia y la
honestidad deberían ser patrimonio de todos. Si alguien delinque, sea quien
sea, que pague después de un juicio justo. Pero todos iguales en la exigencia y
en el castigo, si la verdad judicial -que no siempre es la verdad- decide que
es culpable.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
28824 | Rosa Paredes - 26/06/2014 @ 23:27:09 (GMT+1)
Don Francisco, dice Vd. en su artículo: "Soy partidario de que actue la justicia" ¿Y quién no? Lo malo es que dentro de esa justicia y por parte de alguno que viste la toga torcida, hay corrupción. ¿Qué hacer? Los que entienden la Justicia con mayúsculas y que respetan por encima de todo la verdad, intentan hacer lo indecible para que la misma se aplique rigurosamente y decentemente que es como tiene que ser. Claro que si el "contrario" y con cierto poder y que ya no es tan justo en la aplicación de las leyes decide "emborronar la plana" para que el delincuente no vaya a parar al talego o a chirona, quédese con la que más le guste, ¿ de qué hablamos? ¡Lo estamos viendo palpablemente en vivo y en directo, en el día a día!
Pues nada. Solo se me ocurre decir y poniendo una nota humorística en esta comedia de la vida, ¡que gane el mejor!
Saludos
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