No estuve presente. Tampoco lo estuvo la delegada de gobierno,
Cristina Cifuentes, lo cual no ha supuesto impedimento alguno para que esta señora afirmara para Intereconomía, que un grupo de manifestantes intentó saltarse la barrera policial que el pasado viernes, 10 de Febrero, rodeaba el congreso.
Desde estas líneas, me gustaría preguntar a la señora delegada, si podría demostrar la veracidad de sus afirmaciones, porque mientras que todavía no hemos visto una sola imagen de nadie saltando vayas o interponiendo contenedores (como ella afirmó), la carga policial que sobrevino, es un hecho objetivo y doloroso, no sólo para quienes se manifestaban, sino para muchos periodistas que se encontraban allí en esos momentos.
No voy a entrar en los motivos por los que la delegada de gobierno hizo sus declaraciones a Intereconomía, y no por ejemplo a la televisión pública, ni en la ideología concreta de este canal, pero se me perdone si lo hago en algo tan fundamental como es el derecho de reunión y la libertad de expresión.
Señora delegada, si el gobierno que la puso en su puesto hace una reforma que en la práctica supone cobrar menos por el mismo trabajo, yo reclamo mi libre derecho a quejarme, por mucho que a ustedes les pueda molestar.
Entiendo perfectamente lo interesante que resulta a su gobierno que policías a quienes rebajan el sueldo, se enfrenten abiertamente a personas que protestan por la rebaja de salarios. Desgraciados enfrentados a desgraciados a mayor gloria de quienes mandan.
Pero por más que controlen ustedes la justicia (son ustedes los que hacen las leyes), hay una cosa que se llama derecho de reunión, que está recogida tanto en la constitución (esa que tan bien saben ustedes ignorar) como en la carta universal de derechos humanos (esa que directamente ni miran), y que nos ampara a todos, incluida usted.
Que en la práctica, ustedes pretendan imponer su voluntad (nada santa), y hagan uso de la fuerza para conseguirlo o acallar las quejas, es una aberración propia de regímenes totalitarios, que deja en vil cinismo aquella afirmación de que ustedes son demócratas.
Demócratas, señora Cifuentes, somos los que pedimos la apertura de canales, que aseguren la participación directa de la ciudadanía (incluida usted) en las instituciones, (Democracia 4.0) y no la casta que al amparo de una supuesta representación que no es tal, (le recuerdo que a su partido lo votó sólo una tercera parte de la ciudadanía) controla todos y cada uno de los rincones de la vida política de este país, haciendo uso de la fuerza cuando su posición se ve cuestionada por agentes externos a esa misma casta.
Con respecto a tener que pedir permiso para quejarme, permítame que le conteste, que como uno de los ciudadanos que paga su sueldo, y el de sus jefes, no he dado todavía la aprobación para que usted pueda ocupar el cargo que ahora ocupa. Ninguno de ustedes "demócratas" de uno y otro signo, se ha molestado jamás en preguntar a la ciudadanía más que el reparto de 350 poltronas, donde básicamente se vienen sentando los de siempre.
No es ya que me queje o esté indignado, (que lo estoy) es que, me parece el colmo del uso de la soberbia (la misma que les hizo perder unas elecciones hace ocho años) que me exijan pedir permiso para poder quejarme, ante quienes elevan el umbral de mi propia pobreza.
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