El ilustre titiretero se alegra de la muerte de Emilio Botín y de Isidoro Álvarez en su cuenta de twitter. El gran defensor de las clases oprimidas no da palo al agua pero se permite el lujo de criticar a todo aquel que sobresale. Poco o nada puede aportar él a la sociedad española más que los cuatro modelos de pañuelo palestino anudados al cuello y cuatro películas dignas de Oscar.
Según dice la escueta nota de la wikipedia,
Isidoro Álvarez con dieciocho años decidió trasladarse a Madrid para
matricularse en la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense de
Madrid. Cinco años más tarde, en 1957, se licenció y recibió el Premio extraordinario de Economía y Ciencias
empresariales. A los 23 años, y
recién licenciado, asumió un cargo directivo en la organización de la empresa
familiar: El Corte Inglés. En 1959 se convirtió en Consejero de la misma y en 1966 fue nombrado vicepresidente de una de
las empresas que formaban parte del grupo empresarial y consejero delegado. En 1989, tras el fallecimiento
de su tío y fundador, fue nombrado presidente de la empresa. Falleció en
Madrid, a causa de una insuficiencia respiratoria el 14 de septiembre de 2014.
El actor
Willy Toledo, también según nota biográfica de
Wikipedia dice de él que: Es hijo del doctor José Toledo González, uno de los
pioneros de la cirugía torácica en España y de su esposa Teresa Monsalve
Aulestiarte. Tiene tres hermanos
mayores, Marta, José e Íñigo (ya empezamos bien si para dar lustre a una biografía tenemos que destacar el esfuerzo del padre, que no el suyo).
Su
temprano interés por la interpretación le llevó a trasladarse a Estados Unidos en 1986, donde pasó una temporada
estudiando en un instituto de teatro. Años más tarde, ya de vuelta en Madrid,
se inscribió en la escuela de
Cristina Rota; allí coincidió con otros dos
futuros actores,
Ernesto Alterio
y
Alberto San Juan, con los que poco después fundó la compañía de teatro
Animalario. Willy alcanzó gran popularidad en España
interpretando a
Richard en la serie televisiva 7 vidas entre 1999 y 2002 y la incrementó en ese
último año con su papel en la comedia musical El otro lado de la cama. También
ha intervenido en el programa televisivo de monólogos humorísticos en vivo El Club de la comedia. El 2
de mayo de 2013 anunció a la cadena venezolana TeleSur que se iría a vivir a Cuba. Como podrán obervar, la vida de juventud de Guillermito, yéndose a estudiar teatro a los Estados Unidos, es lo que generalmente hace la clase obrera cuando decide que estudiar no es lo suyo. De hecho es lo que suelen hacer los que no tienen un chavo. Él, representante como nadie de la clase oprimida ha tenido una vida más parecida a la de Froilán que a cualquiera de las personas que defiende. Claro que levantar el puño cuando de pasta tienes pocos problemas siempre ha sido mucho más fácil que sacar una empresa de la nada y colocarla entre las 70 mejores del mundo.
¿Por qué hablo de ambas personas que, a todas luces nada tienen
que ver en mi columna de hoy? Bien, pues hablo de ambos porque el segundo se ha
alegrado enormemente de la muerte del primero. Y no sólo de eso, también, de
paso, de la de
Emilio Botín. En su cuenta de Twitter ha puesto, literalmente lo siguiente:
"Tuvimos Semana Negra, Semana Trágica, Semana Santa...esta pasará a la historia como...de las explotadas, de la clase obrera como Semana Grande!!!"
Una de las cosas que nos sucederán a todos los que seguimos
vivos es que, cuando nos llegue la hora de la muerte, seremos juzgados,
recordados o, quizás, olvidados. ¿Qué ha hecho cada ser humano por la sociedad?
¿La ha beneficiado? ¿La ha perjudicado? Esas, imagino, son las cosas que
importan cuando te vas de este mundo. Al menos es lo que debería. Luego los
creyentes pensaremos más allá pero para todos, creyentes o no, la impronta que
dejamos en esta vida debería ser más que importante.
Isidoro Álvarez a quién tuve la fortuna de conocer, habrá
tenido sus luces y sus sombras. Nadie puede negar que ningún ser humano sobre
la tierra es perfecto. Y una gestión empresarial como la que mueve todo El
Corte Inglés con todas las demás marcas, Opencor, Supercor, Sfera...me pierdo, no
tiene que ser una tarea fácil. Para empezar los miles, cientos de miles de
puestos de trabajo (de manera directa e indirecta) que se crean y que son, para quién desee olvidarlo, uno de
los máximos impulsores de la economía de cualquier país. No soy experta en
economía ni lo pretendo pero sí tengo sentido común y este me dicta que sin la
labor de los empresarios ninguna economía florece. Ellos son los que generan en
el empleo. Hasta el mismísimo Guillermo Toledo sabe que muchas de las obras de
teatro y películas en las que ha trabajado y cobrado han salido de los huevos
de un tío que ha arriesgado su capital para crear cultura. O, más allá de todo
esto, también han salido muchas producciones gracias a préstamos dados por
bancos como el Santander cuyo presidente fallecido la pasada semana es también
otro explotador según este lumbreras de pañuelo palestino.
¿Qué ha aportado Guillermo Toledo al mundo además de
provocarnos risas y no precisamente cuando actuaba? En realidad prácticamente
nada. Toledo, además de dar la nota de vez en cuando para que nadie se olvide
de él, lo único que hace es enredar. Pero por su país, que es España, por mucho
que le reviente, no hace absolutamente nada en términos de productividad.
Ninguna familia vive gracias al trabajo de Willy. Todas esas personas que tanto
defiende de la opresión y que tienen que dejar de vivir en sus casas porque no
las pueden pagar no tendrían esos problemas si los miembros de sus familias
trabajaran en El Corte Inglés o en El Banco Santander por poner ejemplos de
trabajos, según él "explotadores".
Willy Toledo debería ser más consecuente con sus ideas y si
tanto le preocupa la clase obrera explotada que se monte una empresa y comience
a contratar empleados, que arriesgue su capital si es que lo tiene o que se lo
pida a Raúl Castro. Que trabaje duramente 18 horas para que todo funcione a la
perfección y que achante cuando las cosas vengan mal dadas y tenga que
apoquinar con su fortuna personal para evitar despidos masivos.
Pero al margen de ideologías que cada uno debe tener las
suyas y defenderlas, vayamos con las cifras. Que son muchísimo más reales y,
sobre todo, más contundentes.
Diferencias entre el
"explotador" Corte Inglés y el "héroe" William Toledo
En
el sector de la distribución, según la clasificación "Global Powers of
Retailing 2013" realizada por Deloitte
and Touche, está clasificado por volumen de ventas en tercer lugar de España
por detrás de Mercadona e Inditex y
en el puesto 54 del mundo. Deloite and Touche no menciona a Guillermo Toledo a pesar de que él también ha dado empleo en las producciones teatrales.
Como
empresa familiar, El Corte Inglés
se encuentra en el segundo puesto de España (solo por detrás del Banco
Santander y el 66 del mundo. Guillermo Toledo tampoco figura en tan ilustre lista. En lo referente al comercio electrónico, El Corte Inglés
es la primera empresa en número de clientes en España, con 3,7 millones de
clientes en 2011. En 2013 se registraron 3,5
millones de clientes y 137 millones de visitas. No he encontrado ningún dato
sobre la facturación de Guillermo Toledo y agradecería si algún lector me los
facilita. Sobre todo a cuantas familias ha dado de comer con su esfuerzo
personal. Porque agitar banderas y pegar voces lo hace cualquiera y carece de
mérito. Mis retoñas, de 2 y 4 años, es más, lo hacen a diario en casa sin más mérito que el que una madre babeante y, a todas luces imparcial, les concede.
El
Corte Inglés tiene en su plantilla unos 99 mil empleados, de los que el 93%
tiene contrato fijo y el 71% tiene jornada completa. Su media de edad se
encuentra cercana a los 39 años, con 13 de experiencia. Por sexos, hay un 37%
de hombres y un 63% de mujeres, aunque en la categoría de directores y gerentes
hay 235 hombres y 12 mujeres. En esto el Corte Inglés sigue la norma de lo
español pero la culpa no la tiene Isidoro si no la sociedad en general.
No
he podido encontrar a cuanta gente da trabajo Guillermo Toledo pero no creo que
pasen de diez personas y eso en época en la que se dedique a producir teatro,
es decir, época en la que se convierte en un vil empresario explotador.
Guilelrmo Toledo ha participado en series de televisión de la cadena Telecinco. Imagino que sabrá el ilustre e ilustrado actor que el modelo de negocio de dicha cadena se parece bastante más al del Corte Inglés que al que él pueda ejercer en sus famosísimas obras de teatro. En esta vida uno debe ser consecuente con lo que dice y hace y si, verdaderamente, tanto asco le da el sistema capitalista no sé qué ha hecho participando de series de una cadena que dudo mucho que siga un modelo comunista.
¿Tiene
El Corte Inglés sus zonas oscuras? Las tendrá. Como todas las empresas pero
miren qué les digo, nadie trabaja en esa superficie explotado. Sus trabajadores
cobran puntualmente a final de mes, tienen sus pagas extraordinarias y sus
vacaciones. Cotizan a la Seguridad Social y cuando se retiren tendrán sus
jubilaciones. Gracias a sus trabajos pueden alimentar a sus hijos, pagar sus
alquileres o hipotecas y todo lo que concierne a una familia. No estamos
hablando de talleres chinos clandestinos.
Además
de todo ello, como clienta fiel del Corte Inglés desde que tengo uso de razón y
capacidad de gasto defiendo a capa y espada un modelo de negocio donde te
tratan bien, donde te garantizan la devolución de tu dinero si no quedas
satisfecho y donde sabes que lo que compras tiene calidad. No puedes decir lo
mismo de una obra de teatro en la que vayas a ver a Willy. Que lo mismo si
después le pides que te devuelva la pasta porque no te ha gustado, puede que te diga de qué vas capitalista de mierda.
Yo
sé que las comparaciones son odiosas pero, francamente, lo que Willy Toledo ha
aportado, aporta y aportará a la sociedad civil, no le llega ni a la suela de
los zapatos de las cucarachas de las alcantarillas que hay debajo de cada Corte
Inglés.
Desde luego defenderé hasta el final de mis días el derecho que todo ser humano tiene de expresar sus ideas por mucho que éstas no se parezcan ni por asomo con las mías o me parezcan descabelladas. Precisamente en la defensa de ese derecho ejerzo el mío y te hago la siguiente pregunta.
Willy Toledo, ¿tú qué has hecho por la sociedad?
Y
permíteme que te diga, titiritero, que jamás me alegraré de la muerte de nadie.
Ni siquiera de la tuya.
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