Esto no quiere decir que The Runaways sea una mala película, las actrices se lo creen y se entregan, el personaje de
Kim Fowley da mucho juego, como productor abusivo y estrafalario y está claro que a la directora le interesa más la relación entre Cherie (
Dakota Fanning) y Joan (
Kristen Stewart) que el desarrollo del grupo (el resto de The Runaways no pasa de simples secundarias) pero aun así la sensación de deja vu no te abandona en toda el metraje.
Claro que la historia está basada en la autobiografía de
Cherie Currie y está producida por
Joan Jett, con lo que resulta evidente que se centre en la relación entre ambas. Unas adolescentes con muchos problemas en casa que ven en el rock´n´roll una suerte de salida del pozo en el que se encuentran. Aunque a veces la industria musical te puede meter más hondo en ese pozo...
Si
Sigismondi hubiese indagado en las partes más personales, la relación lésbica entre las dos que no queda nada clara, en vez de conformarse con algunos clichés podríamos hablar de una película mucho más interesante. En vez de eso tenemos una película más en la que no hay alma. Si buscan una película sobre músicos sumérjanse en 'I´m not there' sobre
Bob Dylan o 'Let´s get lost', el impagable documental sobre
Chet Baker.
En cuanto a The Runaways su única gran virtud puede ser el descubrir para algunos la música de este grupo que, aunque muchos consideran un producto de marketing de Kim Fowley, grabó un par de discos interesantes y allanó el camino para que Joan Jett nos convenciera a todos de que amaba el rock´n´roll.
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