Profesionales de España y Latinoamérica disertaron sobre el doble filo de la información, ya que puede contribuir a combatir una lacra social pero corre el riesgo también de crear una alarma innecesaria en la población.
Para desgranar estos temas se contó con las intervenciones de la subeditora de local en el periódico brasileño O Dia,
Gisele Ribeiro Domingues; el periodista del diario peruano El Comercio,
Renzo Guerrero de Luna; y el socio director de Interligare,
Jesús Cruz; bajo la moderación del presidente de Prestomedia,
Rafael Ramonet.
Gisele Ribeiro centró su intervención en cómo grupos formados por miembros de la policía militar, tanto en activo como retirados, comenzaron a extorsionar a los habitantes de las favelas a cambio de ‘mantener la paz’ en la zona. A través del chantaje, la violencia intimidatoria y el control del comercio local, uno de estos grupos puede conseguir unos beneficios mensuales de más de 850.000 dólares. Incluso consiguieron entrar en el estamento político, siendo elegidos para cargos públicos en las elecciones locales en Río.
Ante este hecho, la prensa local y regional comenzó a prestar atención a este tema aun a costa de sufrir la represión de estos grupos, que llegaron a asesinar a periodistas. Sin embargo, la presión mediática consiguió que se multiplicasen los esfuerzos de la Administración para combatir un problema social hasta entonces silenciado. Este fue un ejemplo de las bondades de la denuncia-
Pero el peruano Renzo Guerreiro mostró por la otra cara de la moneda basándose en su experiencia profesional como periodista de El Comercio en Trujillo y que en Lima es mayor la sensación de inseguridad que ésta misma precisamente por la alarma que los medios generan. A raíz de una ola de violencia especialmente sangrienta en la zona comenzaron a prestar especial atención a estos hechos noticiosos, magnificando las noticias sobre crímenes hasta crear una percepción irreal de inseguridad en la ciudadanía lo que convirtió Lima en una ciudad dominada por el terror”.
Por último,
Jesús Rey, de Interligare, aportó la perspectiva de una empresa especialista en seguridad ciudadana y servicios de inteligencia. Así, Rey apostó por la creación de una doctrina y un modelo en estas cuestiones que lleve a una mayor colaboración internacional y que frene la descoordinación entre los distintos sistemas y agencias.
Reclamó además mejorar la formación y reciclaje de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este ámbito, así como un mayor esfuerzo formativo en materia audiovisual, que permita analizar todo el material existente en la actualidad.
Al margen del papel que puedan jugar servicios de inteligencia y medios de comunicación en situaciones de inseguridad ciudadana, la prioridad que se deriva de este análisis es la imperiosa necesidad de frenar la violencia que afecta directamente a la población, especialmente sangrienta en Latinoamérica. Como se dijo a modo de conclusión en el debate que puso fin a esta ponencia, “
para construir Eurolat hay que evitar primero que se destruya ‘Lat’, que es lo que está sucediendo con el crimen organizado”.
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