También podrían derribar satélites
Las amenazantes llamaradas solares ya 'miran' a la Tierra
jueves 29 de septiembre de 2011, 16:22h
Las tormentas solares no sólo es una amenaza para la magnetosfera de la Tierra,
sino que también podrían provocar la caída de los satélites más cercanos al
planeta, según han explicado expertos de la NASA, quienes han descubierto que
las llamaradas afectan al cinturón Van Allen interior.
Investigadores de la NASA han llevado a cabo un estudio en el que han
descubierto que la radiación solar puede afectar a los cinturones Van Allen de
partículas de alta energía que rodea la Tierra de una manera más agresiva de lo
que se creía.
Los cinturones se dividen en dos zonas distintas. El cinturón exterior,
que se compone de electrones, se extiende desde aproximadamente de 25.500 a
51.000 kilómetros por encima de la superficie; mientras que el cinturón
interior, que consiste en una mezcla de electrones y protones, se extiende desde
6.400 a 12.800 kilómetros por encima.
Según explica la NASA, los científicos tenían conocimiento de que el
cinturón exterior podría llegar a activarse de manera más intensa durante las
tormentas geomagnéticas del sol, sin embargo, todavía no se había pensado que
este tipo de acontecimientos también podría afectar al cinturón interior.
Ahora simulaciones por ordenador sugieren que durante una tormenta de alto
nivel los electrones en el cinturón interior, también podrían convertirse en
energía y, la radiación podría seguir siendo muy intensa durante varios años
después de la tormenta. "El aumento de la radiación en la zona interna puede
durar hasta una década y dañaría satélites durante años después de una tormenta
muy fuerte", ha explicado el autor principal del estudio, el físico Shprits
Yuri.
Así, Yuri ha apuntado que la radiación podría dañar los satélites en esa
zona y, potencialmente, reducir sus vidas en cinco sextas partes o más. "No se
destruirían todos los satélites a la vez, pero, según los cálculos realizados,
una tormenta muy fuerte puede aumentar hasta diez veces la dosis de radiación en
el cinturón interior lo que supondría que, dentro de unos años, podrían
desaparecer una porción significativa de satélites que recorren esta zona
interna".
Tras este hallazgo, los científicos estudian formas de evitar que los
satélites acaben dañados por las llamaradas solares. Según ha indicado Yumi,
primero hay que calcular los riesgos y el coste estimado de lo que se pude
hacer, ya que, si el coste es muy elevado "es posible que compense aceptar los
riesgos y empezar a prepararse para reponer la flota".
Parte de las incógnitas que aún quedan por contestar sobre este trabajo
podrán despejarse en 2012, año en el que la NASA tiene previsto enviar dos
misiones para estudiar los cinturones de radiación en el plano ecuatorial y en
baja altitudes.