Como un castillo de naipes, la cúpula del PSOE cae por el
precipicio al que les ha llevado Alfredo Pérez Rubalcaba tras las elecciones
del pasado 25 de mayo. Patxi López en Euskadi; Óscar López en Castilla y León
y, ahora, Pere Navarro en Cataluña. Los malos resultados electorales se van
cobrando víctima tras víctima salvo la del aún secretario general en un partido
que vive "en el desconcierto", como explicaba ayer uno de los pocos dirigentes
territoriales que puede presumir de haber sido elegido por la militancia.
Pere Navarro se encontraba en una situación insostenible en
un PSC dividido por la cuestión soberanista. El apoyo de
Rubalcaba al primer
secretario de los socialistas catalanes se le ha vuelto en contra a la primera
de cambio en unas urnas que les han dado más que la espalda. Algo parecido a la
maniobra del aparato para aupar a
Susana Díaz a la secretaría general del PSOE,
un fiasco histórico digno de algún párrafo en los manuales de ciencia política.
Navarro deja, además, en evidencia la decisión de Rubalcaba
de no dimitir -y formar una gestora- como le pidieron no pocas voces en la reunión de la ejecutiva en
la misma mañana del 26 de mayo. Pero él ya había tomado una decisión prácticamente
de forma unilateral, permitiéndose incluso el lujo de que algunos barones se enteraran
casi por la televisión.
Ahora ya es tarde para utilizar la excusa de la abdicación
del Rey -noticia que se supone que en ese momento sólo conocía él de los presentes
en Ferraz- para arroparse con el manto de la "responsabilidad constitucional".
Aunque le ampare una presunta razón de Estado, estas dos últimas semanas a
quien le han dado la razón es a sus críticos.
Carme Chacón se sabe descartada
para liderar el PSC, pero desde Ferraz se la oye reír desde Miami. Y no es la única.
Mientras tanto, llega la hora de los candidatos.
Eduardo Madina, que parte con el estigma de favorito, y no una metáfora;
Pedro Sánchez, aún desconocido para gran parte de la opinión pública;
Alberto Sotillos;
García Tapia, de Izquierda Socialista; quizá
Juan Moscoso; los habituales espontáneos y, sobre todo, el famoso 'tapado' al que espera con ansia todo el mundo empiezan este viernes a jugársela con la recogida de avales.
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