Crece
la preocupación entre las asociaciones de usuarios, entre los fabricantes de
automóviles y entre los automovilistas en general, a los que les llegan más
multas que nunca. "Ahora hay menos vehículos y más denuncias; ¿acaso se conduce
ahora peor que hace diez años?", se preguntaba un miembro de la Asociación Unificada
de la Guardia Civil.
Solamente en el período comprendido entre el 1 de enero y el 14 de agosto de
2013, últimos datos conocidos, la
DGT recaudó algo más de ciento tres millones de euros en
concepto de multas, algo menos globalmente que el año anterior, pero mucho más
en porcentaje, considerando la disminución del tráfico en las carreteras
españolas. Por su parte, los ayuntamientos también han decidido incrementar la
'capacidad recaudatoria' de sus radares: así, la propia alcaldesa de Madrid
anunció que el objetivo para 2014 es 'poner 20.000 multas', casi el doble que
las actuales.
El
pretexto es, desde luego, incrementar la seguridad en el tráfico rodado. Pero
lo cierto es que el fisco está preocupado por el descenso en el número de
automovilistas circulantes como consecuencia de la crisis y ha decidido, por
tanto, incrementar la persecución económica a los conductores que sí están en
las carreteras y en las calles de las ciudades. Un auténtico 'plan de choque'
para los automovilistas. Y, así, aunque, en una respuesta parlamentaria, el
secretario de Estado de Relaciones con las Cortes señalaba, a preguntas del
Grupo Socialista, que "no existe previsión de incrementar el número de radares
en las carreteras", lo cierto es que parece que la 'efectividad' de estos
radares se ha incrementado en más de un veinte por ciento en este 2013.
El
incremento en la cuantía de las multas resulta también, dicen asociaciones de
defensa de los automovilistas, cuando menos notable. Como ejemplo, una
asociación de consumidores envió a este periódico una notificación de multa por
trescientos euros, con pérdida de dos puntos, por circular en vía urbana a 74 kilómetros por
hora, cuando la velocidad máxima era de 50 kilómetros. "Una
sanción claramente excesiva, desorbitada", comentó un funcionario de esta
asociación. Añadió que últimamente sus asociados han comenzado a recibir una
oleada de avisos, procedentes de diversas instituciones, pero básicamente de la DGT y de la Guardia Civil, urgiéndoles a
poner al día sus impuestos por automóviles que, en la mayor parte de los casos,
fueron vendidos hace años, por lo que en no pocas ocasiones no existen ya
papeles que justifiquen el cambio de dueño del vehículo.
El
malestar ha llegado hasta el punto de que la DGT, con cuyo responsable de comunicación este
periódico trató infructuosamente de contactar en días pasados para conocer
detalles de este proyecto, ha tenido que lanzar un desmentido en las últimas
horas, negando que este organismo baraje la posibilidad de establecer "nuevos
exámenes de control de conocimientos entre los conductores". El plan, que,
según diversos medios, sí llegó a barajarse por el Ministerio del Interior,
consistía en someter a nuevos exámenes de conducir a quienes comprasen un coche
nuevo o hubiesen cumplido una determinada edad (65 años). Los fabricantes
pusieron el grito en el cielo y, aparentemente, tanto esta idea, como otras de
similar perfil recaudatorio, se ha aplazado 'sine die'. Pero no será el último
intento de exprimir las inagotables ubres de los automovilistas.
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